Las primeras estrellas del Universo acabaron probablemente en explosiones de supernova relativamente débiles. Los astrónomos creen haber encontrado tres nubes de ceniza procedentes de estos fuegos artificiales cósmicos.
Es posible que los astrónomos hayan visto los restos de algunas de las primeras estrellas del universo. Estas estrellas son muy diferentes de las que se han formado más recientemente. El estudio del gas que dejaron tras de sí podría ayudar a comprender mejor los inicios del cosmos.
La astrofísica y cosmóloga Stefania Salvadori, de la Universidad de Florencia, y sus colegas descubrieron estos restos con el Very Large Telescope de Chile. No los observaron directamente, sino que utilizaron la luz de los cuásares (agujeros negros supermasivos situados en el centro de las galaxias, que brillan intensamente porque la materia cae constantemente en su interior) para espiar a estas estrellas primordiales.
No explotaron del todo
En su camino hacia nosotros, la luz de un cuásar atraviesa nubes de gas que absorben determinadas longitudes de onda (colores) de la luz, dependiendo de las sustancias que contenga la nube de gas. Los investigadores emplearon esta absorción para estudiar tres nubes de gas distantes con extrañas características químicas, a casi 25 000 millones de años luz de distancia. Dado que la luz tarda en viajar por el espacio, los investigadores observan estas nubes tal y como eran hace más de 11 000 millones de años, unos 2000 millones de años después del Big Bang.
Por tanto, estas explosiones dejarían tras de sí nubes ricas en carbono, oxígeno y magnesio, pero con pocos o ningún elemento más pesado, como el hierro. Esto contrasta con las nubes de explosiones más potentes.
Las primeras estrellas
Eso es exactamente lo que descubrieron los investigadores. “Nuestro descubrimiento muestra nuevas formas de estudiar indirectamente la naturaleza de las primeras estrellas. Complementa la investigación sobre las estrellas de la Vía Láctea”, afirma Salvadori en un comunicado de prensa. Algunas de las estrellas más antiguas de la Vía Láctea parecen haberse formado a partir de estas nubes de gas, que contienen las “cenizas” de estrellas aún más antiguas.
Ahora que sabemos que estas nubes existen, podemos enfocar otros telescopios hacia ellas. La astrónoma Valentina D'Odorico, del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia, que forma parte del equipo de investigación, afirma en un comunicado de prensa: “Podemos estudiar muchas de estas raras nubes de gas con más detalle, descubriendo por fin la misteriosa naturaleza de las primeras estrellas. Esto podría ayudarnos a comprender cómo el universo primitivo pasó de la oscuridad helada a la luz”.
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