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Nuestro cerebro se deteriora más tarde de lo que se pensaba: inicia entre los 30 y los 40 años
miércoles, abril 05, 2023

Nuestro cerebro se deteriora más tarde de lo que se pensaba: inicia entre los 30 y los 40 años

Nuestro cerebro inicia a deteriorarse entre los 30-40 años, según estudio reciente

Así lo demuestra un nuevo estudio. El declive se produce mucho más tarde de lo que se pensaba; de hecho, estudios anteriores sugerían que nuestro cerebro ya empezaba a declinar en cuanto cumplíamos 25 años.

Pero eso no es correcto. Una nueva investigación de un equipo internacional de científicos demuestra que nuestro cerebro sigue desarrollándose mucho más de lo que se creía y que, por tanto, el deterioro tarda más tiempo. Puede leerse en la revista Nature Neuroscience.

El estudio

Los investigadores llegaron a esta conclusión tras estudiar la velocidad de procesamiento del cerebro humano. En concreto, investigaron la rapidez con la que las señales viajaban de una parte a otra del cerebro. Para ello, utilizaron alfombrillas de electrodos. Se trata de alfombrillas que se colocan bajo el cráneo de algunos pacientes epilépticos como preparación para la cirugía de la epilepsia. 

La alfombrilla tiene entre 60 y 100 electrodos que miden la actividad cerebral. “Estimulando los electrodos con corrientes cortas, podemos ver qué zonas del cerebro dan respuestas anormales”, explica el neurólogo Frans Leijten. “De este modo, creamos un mapa de las zonas que deben y no deben extirparse durante la cirugía de la epilepsia”. Pero los datos recogidos no solo son relevantes para las operaciones, se dieron cuenta recientemente Leijten y sus colegas. “Hace unos años nos dimos cuenta de que podemos utilizar las zonas no afectadas (por la epilepsia) como modelo para el cerebro sano”. 

Y eso es exactamente lo que hicieron los investigadores en su nuevo estudio, explica la investigadora Dorien van Blooijs. “Si se aplica una corriente tan pequeña a una zona con un electrodo, se produce una reacción en otra zona. Entonces se sabe que las dos zonas están conectadas. Entonces que se puede medir el tiempo que tarda en producirse la reacción. Si se conoce la distancia entre las dos zonas cerebrales, se puede calcular la velocidad de transmisión de la señal”. Y si luego recopilas esos datos entre varios pacientes epilépticos de distintas edades, también puedes averiguar cómo cambia esa velocidad de procesamiento a medida que la gente envejece.

Conclusiones

Los resultados son claros y algo sorprendentes. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que la velocidad de procesamiento del cerebro básicamente aumenta. De dos metros por segundo en niños de cuatro años a cuatro metros por segundo en personas de entre 30 y 40 años. Y a partir de ahí, la velocidad de procesamiento empieza a disminuir. Es bastante sorprendente. “Investigaciones anteriores parecían indicar que nuestro cerebro empezaba a ralentizarse alrededor de los 25 años”, explica Van Blooijs. “Teniendo eso en cuenta, es bastante sorprendente que nuestra investigación demuestre que nuestros cerebros siguen desarrollándose hasta que tenemos entre 30 y 40 años”.

Diferencias entre regiones cerebrales

Además, la investigación también confirma que algunas regiones cerebrales siguen desarrollándose durante más tiempo que otras. Por ejemplo, el lóbulo frontal se desarrolla durante más tiempo que el central. “Diferentes regiones del cerebro son responsables de diferentes funciones”, explica Van Blooijs. “Llamamos menos compleja a la parte responsable del movimiento (las devanaderas centrales). Así que esta parte también termina de desarrollarse antes. 

El lóbulo frontal es responsable de expresar las emociones, pero también es una especie de freno que se asegura de que no exclames todo lo que piensas. El lóbulo frontal es una parte más compleja del cerebro, por lo que también sigue desarrollándose durante más tiempo. También lo vimos en las velocidades de procesamiento: aumentaron más tiempo en el lóbulo frontal que en las partes responsables del movimiento”.

Materia gris

La disminución de la velocidad de procesamiento del cerebro se debe, según Van Blooijs, en parte a cambios en la materia gris (responsable del procesamiento de la información en el cerebro). De hecho, a medida que envejecemos, las células de la materia gris disminuyen. “Es el envejecimiento normal”, afirma. 

Así que ese proceso comienza entre los 30 y los 40 años, pero es muy gradual. De ahí que al principio no se note mucho. “Pero me imagino que al cabo de unos años sí notas que tu cerebro va más lento que hace unos años”, argumenta Van Blooijs. No está claro si es posible y deseable ralentizar esa disminución de la velocidad de procesamiento del cerebro. 

“Este estudio era un estudio observacional. Con él hemos demostrado principalmente que la velocidad aumenta hasta que tenemos entre 30 y 40 años, y solo entonces vuelve a disminuir. Es difícil decir si nosotros mismos también podemos influir en el proceso y conseguir así que la velocidad aumente durante más tiempo o se mantenga al mismo nivel. Para eso habría que hacer otras investigaciones”.

Implicaciones

La nueva investigación es de gran importancia. Y no solo para conocer mejor el deterioro de nuestro cerebro; el estudio también puede ayudar a crear modelos cerebrales más precisos que describan no solo las conexiones en el cerebro, sino también la velocidad de esas conexiones. “Estos modelos cerebrales pueden darnos una mejor comprensión de cómo funciona el cerebro y esto podría beneficiar a diversos trastornos cerebrales”.

Por último, gracias al nuevo estudio, ahora tenemos una imagen de lo que es “normal” en términos de velocidad de procesamiento del cerebro (en proceso de maduración o envejecimiento). “Con este estudio, hemos determinado una especie de ‘valores normales’ para las velocidades en el cerebro”, confirma Van Blooijs. “Es algo parecido a la curva de crecimiento que se utiliza en la consulta, que permite ver fácilmente si un bebé se está desarrollando con normalidad o si necesita más atención. Puedo imaginar que en el futuro estos valores normales se combinen con técnicas de imagen, de modo que, por ejemplo, los problemas mentales en adultos jóvenes puedan diagnosticarse y tratarse en una fase más temprana”.

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