Hoy en día se batea una pelota tras otra hacia las gradas. Y no, no es solo gracias a los méritos de los esforzados jugadores. El clima también está echando una mano.
Un jonrón en béisbol es cuando un bateador golpea la pelota tan lejos que puede cruzar las cuatro bases en el mismo turno y así anotar él mismo una carrera. Aunque se podría pensar que esto es bastante difícil, cada vez son más las pelotas que desaparecen por encima de las vallas hoy en día. En un nuevo estudio, los investigadores han descubierto la causa exacta. ¿Podría el calentamiento global determinar cada vez más el resultado de un partido? Resulta que sí.
El estudio
En el estudio, los investigadores se preguntaron si el cambio climático también afectaba al béisbol. Así que decidieron averiguar si se bateaban más jonrones en días inusualmente calurosos.
Ni siquiera es una idea descabellada, por cierto. “Las temperaturas más altas reducen la densidad del aire”, explica el investigador Justin Mankin. “Esto significa que una pelota lanzada en un día cálido volará por el aire durante más tiempo”.
Los investigadores analizaron más de 100 000 partidos de las Grandes Ligas (el nivel más alto del béisbol profesional en Norteamérica) y 220 000 bateos individuales para estudiar si el número de jonrones se correlaciona efectivamente con temperaturas inusualmente altas. A continuación, calcularon hasta qué punto la menor densidad del aire, resultante de unas temperaturas más altas, impulsaba el número de home runs.
Gracias al clima
Los resultados muestran que más de 500 jonrones desde 2010 pueden atribuirse a un aire más fino y cálido debido al cambio climático. Aunque en la actualidad esto supone solo el 1 % de todos los home runs, los investigadores sospechan que si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero, la cifra aumentará significativamente en el futuro. Así, creen que para 2100, el 10 % o más de los jonrones podrán atribuirse a las temperaturas extremas. Esto significa que en el futuro se producirán cientos de home runs por temporada “gracias al clima”.
Factor dominante
Por cierto, los investigadores no quieren restar méritos a los jugadores que trabajan duro. “No creemos que la temperatura sea el factor dominante en el aumento de los home runs”, subraya el jefe de la investigación, Christopher Callahan. “Los bateadores de hoy pueden golpear las pelotas a velocidades óptimas y desde los ángulos adecuados. Dicho esto, como hemos demostrado, la temperatura sí influye. Aunque hasta ahora el cambio climático solo ha tenido una pequeña repercusión en el béisbol, podría ser cada vez más importante a medida que sigamos emitiendo gases de efecto invernadero y las temperaturas aumenten sin cesar”.
Aumento anual de home runs en los estadios
A continuación, los investigadores calcularon el aumento anual del número medio de jonrones en los distintos estadios de béisbol donde se disputan partidos de la liga estadounidense. Y esto demuestra que en el Wrigley Field, el estadio de béisbol de los Chicago Cubs donde solo se celebra un número limitado de partidos nocturnos, los jugadores batearán más de 15 jonrones más por temporada. En el Tropicana Field, el estadio de béisbol de los Tampa Bay Rays, el número de jonrones es prácticamente el mismo, haga el calor que haga. En el emblemático Fenway Park de los Medias Rojas de Boston y en el estadio de sus acérrimos rivales, los Yankees de Nueva York, si las temperaturas siguen subiendo, el número de jonrones aumentará de forma similar.
Esto demuestra que los partidos nocturnos, y especialmente los partidos en estadios cubiertos como Tropicana Field, pueden reducir así el número de home runs.
Exposición al calor
Puede parecer contraproducente, contrarrestar el aumento de los home runs y, por tanto, la emoción que aportan al juego. Sin embargo, según los investigadores, es importante reflexionar sobre ello. “Hay factores adicionales a tener en cuenta si las temperaturas globales siguen aumentando”, afirma Mankin. “En particular, hay que tener en cuenta la exposición de los jugadores y los aficionados al calor extremo. Así que una pregunta clave es qué temperaturas siguen siendo aceptables. También tenemos que pensar en el precio que estamos dispuestos a pagar por maximizar los home runs”.
Los resultados demuestran que ni siquiera el béisbol (y el deporte en general) puede escapar a los efectos del cambio climático. “Es importante reconocer la forma omnipresente en que el cambio climático afecta a todo”, concluye Callahan. “Empezaremos a sentir los efectos del calentamiento global, aunque de forma sutil, en distintos aspectos de nuestras vidas”.
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