Se podría pensar que los intestinos de las personas son más o menos iguales. Pero un nuevo estudio demuestra lo contrario.
En la clase de biología del colegio se aprende que el intestino grueso mide unos 150 centímetros, mientras que el delgado tiene una longitud de unos cinco metros. Sin embargo, esto no es necesariamente así para todo el mundo. De hecho, el tamaño y la longitud de los intestinos humanos pueden diferir considerablemente entre sí. “Si hablas con cuatro personas distintas, lo más probable es que los intestinos de las cuatro tengan una longitud diferente”, afirma la investigadora Erin McKenney.
Longitud del intestino
Para este estudio, los investigadores midieron los órganos digestivos de 45 personas fallecidas que habían donado sus cuerpos incorpóreos a la ciencia. Y esto demostró que existe una sorprendente variación en la anatomía del aparato digestivo humano.
“Hace más de un siglo, las investigaciones ya demostraron que la longitud relativa de los intestinos humanos variaba”, afirma la investigadora Amanda Hale. “Sin embargo, desde entonces este aspecto se ha ignorado en gran medida. Cuando empezamos a estudiar este tema, nos sorprendió la magnitud de la variabilidad que descubrimos”.
Un buen ejemplo es el intestino ciego, un pequeño apéndice del colon en forma de gusano. Al menos, en algunas personas tiene este aspecto. “El apéndice está en la unión del colon y el intestino delgado”, explica McKenney. “Una persona puede tener un intestino ciego de unos pocos centímetros, mientras que en otra es mucho más grande. Encontramos una variabilidad similar en muchos otros órganos digestivos”.
Más largo en mujeres
Otro ejemplo llamativo es la longitud del intestino delgado. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que las mujeres tienden a tener un intestino delgado más largo que los hombres. “Cuando se tiene un intestino delgado más largo, se pueden extraer mejor los nutrientes de la dieta”, explica Hale. “Nuestro hallazgo apoya, por tanto, la hipótesis preexistente de que las mujeres son más capaces de sobrevivir durante periodos de estrés”.
Problemas de salud
En resumen, el intestino es distinto en cada persona. Al parecer, existen diferencias pronunciadas. Por tanto, los hallazgos tienen implicaciones para nuestra comprensión del papel que la anatomía del tracto digestivo puede desempeñar en la salud humana. “Así que existe más variación de la que pensábamos”, afirma McKenney. “Esto puede ayudarnos a comprender mejor qué subyace a los distintos problemas de salud y cómo debemos tratarlos. Ahora que sabemos que existe esta variabilidad, se plantean una serie de interesantes cuestiones de investigación que deben seguir estudiándose”.
Estudiantes y medicina de precisión
Los investigadores sospechan que el descubrimiento podría, por ejemplo, aportar nuevos conocimientos sobre diagnósticos médicos y posiblemente incluso sobre el ecosistema microbiano del intestino. Pero las implicaciones van más allá. Por ejemplo, el estudio no solo ha arrojado nueva luz sobre la inesperada variabilidad de la anatomía humana, sino que también pone de relieve que los estudiantes de medicina deberían estar mejor informados sobre esta variación anatómica. “Es especialmente importante en la enseñanza de la medicina”, subraya la investigadora Roxanne Larsen. “Porque si los estudiantes solo aprenden sobre un intestino ‘normal’ o ‘promedio’, es poco probable que se familiaricen con el rango de variación humana en esta área”.
Además, los resultados tienen implicaciones para la llamada “medicina de precisión”. La medicina de precisión, dentro de la atención sanitaria, se refiere a la adaptación del tratamiento médico a las características individuales de un paciente y a la prestación de servicios “a medida” para todo el mundo.
“Cada vez está más claro que el mundo de la medicina avanza hacia tratamientos personalizados y más específicos para mejorar los resultados de los pacientes y la salud y el bienestar generales”, afirma Larsen. “Por tanto, adquirir experiencia en la comprensión de las variaciones anatómicas puede desempeñar un papel crucial para ayudar a los futuros médicos a comprender la importancia de la medicina de precisión”.
Con el estudio, los investigadores han demostrado una vez más que incluso nuestro propio cuerpo aún nos reserva sorpresas. “Estamos entusiasmados con nuestro descubrimiento y con lo que podría suponer en el futuro”, afirma McKenney. “También subraya lo poco que sabemos en realidad sobre nuestro propio cuerpo”.
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