A veces se dice que el brócoli es el rey de las verduras: no encontrará muchas más sanas. Nuevas investigaciones demuestran ahora que esta denominación puede estar justificada. De hecho, el brócoli resulta ser enormemente bueno para la pared intestinal.
Por supuesto, el brécol no es la única verdura sana; una ración variada “de todos los colores”, sigue siendo importante. Pero una y otra vez se ha demostrado que las verduras crucíferas como el brécol, las coles de Bruselas, la col rizada, el colirrábano, los rábanos, el pak choi, el colinabo, el berro, la col china y la col blanca son especialmente buenas para el cuerpo y el alma. Si se consumen muchas de estas verduras, se dice que disminuye el riesgo de padecer todo tipo de cáncer y diabetes de tipo 2. Pero las razones exactas de estas impresionantes propiedades no se conocen del todo.
¿Cómo ayuda el brócoli?
Una pieza importante del rompecabezas la aporta ahora un nuevo estudio, que demuestra que el brécol contiene ciertas moléculas que se unen a un receptor específico en ratones de laboratorio. El resultado es que se protege el interior de la pared del intestino delgado. Como resultado, es menos probable que se desarrollen enfermedades. De este estudio se podría concluir que el brócoli es, por tanto, en realidad un superalimento, como se suele decir.
“Llevamos toda la vida oyendo que el brócoli es bueno para nosotros, pero ¿por qué es así? ¿Qué ocurre en el cuerpo humano cuando comemos brócoli?”, se preguntan los biólogos de la Universidad Estatal de Pensilvania. Ahí es donde los propios científicos encontraron la respuesta: “Descubrimos un importante mecanismo que mejora enormemente la salud de los ratones, y probablemente también la de los humanos. Encontramos pruebas contundentes de que el brécol y otras verduras crucíferas, como la col blanca y las coles de Bruselas, deberían formar parte de una dieta sana normal”.
Los investigadores explican que la pared del intestino delgado permite que el agua y los nutrientes fluyan del aparato digestivo al resto del cuerpo, al tiempo que bloquea otras partículas de alimentos y bacterias nocivas. Hay tres tipos de células en el interior de la pared intestinal que regulan estos procesos y garantizan un equilibrio saludable: los enterocitos, que absorben agua y nutrientes; las células de la copa mucosa, que producen una capa protectora de moco; y las células de Paneth, que emiten lisosomas que contienen enzimas digestivas y se encargan de proteger al organismo de las bacterias del tracto intestinal.
Mucho brécol
El equipo descubrió que ciertas moléculas del brécol, se unen a los receptores de hidrocarburos arilos (AHR) del organismo. Se trata de proteínas que se unen a secuencias específicas de ADN y se denominan “factores de transcripción”. La investigación demuestra que estas uniones desencadenan toda una serie de acciones moleculares que afectan a la función de las células intestinales mencionadas. Los científicos llegaron a esta conclusión tras someter a un grupo de ratones de laboratorio a una dieta con un 15 % de brécol. Un grupo de control fue alimentado con una dieta normal de laboratorio sin brócoli. A continuación, analizaron el tejido animal para determinar en qué medida se activaba el AHR, cuántos de los distintos tipos de células estaban presentes en la pared intestinal y cuál era la concentración de mucosidad en ambos grupos de prueba.
Mayor actividad AHR
La actividad AHR era notablemente inferior en los ratones que no habían comido brócoli. Como resultado, se produjo un cambio notable en la función de la pared intestinal. La comida fluyó más rápidamente por el intestino delgado. El equipo contó menos células mucosas. La capa de moco también era más fina, había menos células de Paneth, la producción de lisosomas era menor y había menos enterocitos en las paredes del intestino de los ratones.
“La salud intestinal de los ratones que no comieron brécol se vio perjudicada en muchos aspectos”, afirmó. “De los datos se desprende claramente que una dieta sin brócoli aumenta el riesgo de enfermedad”, afirma uno de los investigadores. “Demostramos que el brécol y probablemente otras verduras crucíferas son una fuente natural de ligandos del AHR. Una dieta rica en estas sustancias contribuye a unos intestinos delgados sanos y resistentes y a una buena salud en general”.
Sin comentarios