Al examinar las imágenes de radar recogidas por la sonda Magallanes de la NASA en la década de 1990, los investigadores han hallado una laguna cada vez mayor en Venus: indicios de actividad volcánica.
Una fumarola volcánica de Venus que cambió de forma durante ocho meses es la primera prueba directa de que nuestro planeta vecino tiene actividad volcánica, escriben los investigadores en Science. Venus tiene muchos rasgos volcánicos destacados, como fisuras y lechos de lagos de lava, pero no estaba claro si eran restos de un pasado volcánico lejano o signos de actividad actual.
Satélite Magallanes
Entre 1990 y 1994, el satélite Magallanes de la NASA, en órbita alrededor de Venus, utilizó un radar para cartografiar la superficie con todo detalle, incluidas las características volcánicas. Pero hasta hace poco, los ordenadores no podían analizar adecuadamente la enorme cantidad de datos. La forma en que Magallanes cartografiaba la superficie de Venus, tomando imágenes cada ocho meses desde distintos ángulos, impedía buscar automáticamente cambios en las características de la superficie. La única forma de encontrar diferencias era observar las imágenes a ojo.
El geofísico Robert Herrick, de la Universidad de Alaska Fairbanks, que, junto con el especialista en radares Scott Hensley, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California, presentó los resultados en la Conferencia sobre Ciencia Lunar y Planetaria celebrada en Houston (Texas) el 15 de marzo.
Cambios en el sistema volcánico Maat Mons
Al peinar partes de la superficie de Venus donde la actividad volcánica era más probable, el dúo encontró la abertura, que se encuentra en el sistema volcánico Maat Mons, hogar del volcán más alto del planeta.
Los cambios observados. Imagen: Robert Herrick/UAF
Entre febrero y octubre de 1991, la abertura pasó de ser un agujero circular de 2 kilómetros cuadrados a un agujero menos profundo y más irregular, con casi el doble de superficie. Imágenes posteriores también mostraron rasgos cuesta abajo de la abertura que parecían flujos de lava activos, pero no eran lo suficientemente claras como para distinguirlos completamente. “Una interpretación razonable es que durante esos ocho meses se formó un lago de lava y que hubo actividad volcánica ladera abajo”, afirma Herrick.
Aunque el hallazgo confirma muchas predicciones e hipótesis sobre el vulcanismo activo en Venus, aún dice poco sobre la frecuencia de las erupciones volcánicas en el planeta, ya que este es el único caso conocido hasta ahora. Pero el hecho de que se haya observado ya es significativo.
Erupciones volcánicas
Es posible que hayamos observado la única actividad volcánica en Venus en los últimos mil años, y por eso tuvimos una suerte increíble. “Pero dado que observamos cambios en un corto período de ocho meses, es más probable que las erupciones volcánicas en Venus se estén produciendo a un nivel similar al del vulcanismo entre las placas terrestres, es decir, en pocos meses”, afirma Herrick.
“Sabemos que Venus debe de estar activo, pero hasta ahora había sido difícil demostrarlo a partir de los datos de Magallanes”, afirma la científica de la Tierra, Philippa Mason, del Imperial College de Londres. La confirmación de que Venus tiene actividad volcánica es especialmente útil para futuras misiones a Venus, afirma Mason, como EnVision de la Agencia Espacial Europea, ESA, y los satélites VERITAS de la NASA. Estas misiones utilizan el radar, como Magallanes, pero más avanzado, para cartografiar la superficie y el interior del planeta, así como la espectroscopia para analizar los gases de la atmósfera.
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