La ayahuasca es actualmente una droga popular para supuestamente “despejar la mente”. Pero, ¿cómo cambia realmente la mente esta droga psicodélica? Para averiguarlo, los científicos realizaron un escáner fMRI y un escáner EEG a sujetos de prueba justo después de que ingirieran la bebida ceremonial.
Veinte voluntarios sanos realizaron un viaje psicodélico en nombre de la ciencia. Bajo la supervisión del equipo de investigación, se les inyectó una dosis de la potente sustancia psicodélica DMT (dimetiltriptamina), una sustancia presente en ciertas plantas y animales, y que también se encuentra en cantidades ínfimas en el cuerpo humano. Además, es el principal componente psicoactivo de la ayahuasca, el brebaje psicodélico de hojas y ramitas que se ha utilizado durante siglos en ceremonias sudamericanas y que hoy en día también aparece en sesiones espirituales en muchos otros países del mundo.
Experiencia sobrecogedora
El equipo realizó varios escáneres cerebrales a los participantes y observó un mayor nivel de conectividad entre las células cerebrales durante la sobrecogedora experiencia con DMT. La comunicación entre diferentes áreas y sistemas cerebrales aumentó claramente. Especialmente las áreas con funciones cognitivas superiores, como la imaginación, se iluminaron mucho en los escáneres. Es la primera vez que un estudio describe con tanto detalle la actividad cerebral antes, durante y después de una experiencia con DMT. “Los resultados son fascinantes porque se trata de los escáneres cerebrales más sofisticados jamás realizados a personas bajo la influencia de psicodélicos”, afirma el investigador principal, Christopher Timmermann, del Imperial College de Londres.
Más información sobre la ayahuasca
La ayahuasca es una bebida psicoactiva que se utiliza tradicionalmente en la medicina chamánica de ciertas culturas indígenas de la Amazonía. También se conoce como yagé y se prepara mediante la combinación de dos plantas, la vid de ayahuasca (Banisteriopsis caapi) y las hojas de chacruna (Psychotria viridis). La vid de ayahuasca contiene alcaloides que actúan como inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), lo que permite que los alcaloides psicoactivos de las hojas de chacruna, principalmente la dimetiltriptamina (DMT), sean absorbidos por el cuerpo y produzcan efectos psicodélicos.
Nuestros cerebros rellenan huecos
“Hoy en día, la mayoría de los científicos están de acuerdo en que gran parte de la capacidad del cerebro se utiliza para cartografiar y predecir el entorno. Los humanos tenemos cerebros inusualmente grandes, que cartografían una parte poco común del mundo. Cuando miramos algo, nuestro cerebro rellena los huecos de nuestras percepciones visuales con información que hemos almacenado previamente. Podemos llevar a nuestro cerebro por el mal camino, por ejemplo, observando ilusiones ópticas. En las personas bajo los efectos de la DMT, vemos que la actividad en las regiones cerebrales cognitivas superiores se dispara. Los sistemas cerebrales complejos se confunden y reaccionan “anárquicamente”. También llamamos a esto un viaje intenso de drogas”, explica Timmermann.
Visiones extrañas
Los psicodélicos más conocidos, como el LSD o la psilocibina de las setas mágicas, actúan durante horas. No ocurre lo mismo con la DMT, que alcanza su mejor momento a los 15 minutos. Esta sustancia produce una experiencia de alteración mental intensa y abrumadora, con visiones y alucinaciones vívidas y extrañas. Los consumidores afirman tener la sensación de “visitar” realidades y dimensiones alternativas, una sensación que, según algunos, se asemeja en cierto modo a una experiencia cercana a la muerte. Sin embargo, los procesos neurológicos subyacentes a estos efectos no están claros hasta la fecha.
Más conectividad, más caos
A los 20 voluntarios sanos se les administró DMT por vía intravenosa y tuvieron que permanecer inmóviles en un escáner cerebral. Los cerebros de los sujetos fueron escaneados con un escáner fMRI y un EEG durante el intenso viaje de 20 minutos. También se les pidió varias veces durante el viaje que indicaran lo intensa que había sido la experiencia en ese momento en una escala del 1 al 10. Los científicos observaron cambios claros en la actividad cerebral bajo la influencia de la DMT. Se podía observar más conectividad y más comunicación entre diferentes áreas y sistemas cerebrales. Los neurocientíficos denominan a estos fenómenos “desintegración y desagregación de la red” (ruptura de las separaciones en la red) y “conectividad funcional global”.
Anarquismo en la cámara alta
“Nuestro estudio combina dos métodos de exploración del cerebro. La IRMf nos permite ver el cerebro en su conjunto, incluidas sus estructuras más profundas, mientras que el EEG nos da una imagen precisa de la actividad rítmica del cerebro. Observamos cierto grado de caos en algunos de los ritmos cerebrales de los participantes bajo los efectos de la DMT. Estos ritmos cerebrales son normalmente ordenados y dominantes, pero la sustancia psicodélica crea un funcionamiento más anárquico del cerebro”, explica Timmermann, que ya espera con impaciencia la investigación de seguimiento. “Eso va a ser genial. Los psicodélicos han demostrado ser herramientas científicas extremadamente poderosas que podemos utilizar para aprender más sobre la actividad cerebral y las experiencias conscientes”.
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