Los primeros seres humanos fabricaron herramientas en la Edad de Piedra: fragmentos afilados que utilizaban para matar. Pero resulta que, por muy inteligentes que fueran, no eran los únicos. Los monos también pueden hacerlo.
Los macacos del parque nacional tailandés de Phang Nga emplean piezas de piedra sorprendentemente similares a las herramientas de los primeros humanos, halladas en África Oriental. Los monos de Tailandia consiguen abrir nueces con un martillo de piedra y un yunque. En el proceso, pequeños trozos afilados de piedra se desprenden, quedando en el suelo. Los científicos no han visto a los monos usar estos fragmentos con sus propios ojos, pero tienen aproximadamente el mismo tamaño y forma que las herramientas halladas en los primeros asentamientos humanos.
Momento crucial en la evolución
“Que los humanos fabricaran intencionadamente fragmentos de piedra afilados se considera un momento crucial en la evolución. Cómo y cuándo surgió esta habilidad son preguntas importantes que intentamos responder estudiando objetos y fósiles antiguos. Pero nuestra investigación demuestra ahora que la fabricación de herramientas de piedra no es en absoluto exclusiva de nuestros antepasados”, afirma el investigador principal, Tomos Proffitt, del Instituto Max Planck.
“Que estos macacos usen herramientas de piedra para cascar nueces no es tan sorprendente, ya que también tienen herramientas para abrir todo tipo de crustáceos. Lo sorprendente, sin embargo, es que así produzcan accidentalmente objetos arqueológicos indistinguibles de algunos artefactos humanos”, prosigue.
Rompiendo nueces
Los arqueólogos alemanes compararon los fragmentos de piedra que quedaban cuando los macacos utilizaban sus herramientas con los de los primeros yacimientos arqueológicos. Esto demostró claramente que los fragmentos producidos por los simios guardaban grandes similitudes con los que siempre se han relacionado con los primeros humanoides.
Los afilados fragmentos que consiguieron fabricar los macacos. Imagen: Proffitt et al, 2023
El investigador Jonathan Reeves añade: “El hecho de que estos artefactos pudieran haber surgido como subproducto del cascado de frutos secos tiene implicaciones para el comportamiento que hasta ahora habíamos asociado a estos afilados fragmentos angulares.” Así pues, las herramientas de piedra descubiertas entre los macacos ofrecen nuevas pistas sobre cómo surgieron las primeras invenciones tecnológicas entre nuestros antepasados más antiguos. Es posible que también las utilizaran para cascar nueces, lo que hace que esta técnica sea mucho más antigua de lo que se pensaba.
Los monos ayudan a la investigación
“Cascar nueces con un martillo de piedra y un yunque, como se observa en los primates actuales, es considerado por algunos como un posible precursor de la producción consciente de herramientas de piedra. Gracias a este estudio, es posible que pronto podamos confirmarlo”, responde la investigadora Lydia Luncz. “Este descubrimiento demuestra cómo los primates vivos pueden ayudar a los investigadores a estudiar el origen y la evolución de las herramientas en los humanos”.
La herramienta más antigua
A principios de este año se encontró cerca del lago Victoria, en Kenia, lo que se cree que es la herramienta más antigua jamás encontrada. Se cree que tiene 2,9 millones de años. Y bien podría haber sido fabricada por el Paranthropus. De hecho, se han encontrado molares de este humanoide cerca de la herramienta. Esto significaría que no el propio hombre, Homo habilis, sino un antepasado, habría sido el primero en poder fabricar y utilizar herramientas de piedra, escriben científicos estadounidenses en Science. En las cercanías también se han encontrado huesos de hipopótamo con profundas marcas de corte. Presumiblemente, las llamadas herramientas de Oldowan se usaban para este fin.
Simple pero eficaz
La herramienta Oldowan fue un invento importante en la Edad de Piedra. Normalmente, constaba de tres partes: un martillo, un yunque y varios fragmentos. No hay que imaginarse demasiado. Básicamente, los usuarios golpeaban una piedra contra otra en un ángulo determinado del que se desprendían fragmentos lo bastante afilados como para raspar y cortar carne. Sin embargo, estas herramientas tenían una importancia inmensa, ya que permitían a los primeros humanos sacrificar mucho mejor a los animales. Antes, solo podían romper grandes y pesados trozos de piedra, lo que dificultaba mucho el sacrificio.
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