Parece que los elefantes siguen reconociendo el olor de un pariente después de una década. Los elefantes africanos de un zoo alemán agitaban las orejas y zumbaban cuando percibían el olor de un pariente al que no veían desde hacía años.
La bióloga del comportamiento Franziska Hörner y sus colegas de la Universidad de Wuppertal (Alemania) vieron una oportunidad cuando se enteraron de que se planeaba una reunión de elefantes. Reunir a dos parejas madre-hija en dos zoológicos alemanes era una oportunidad única para poner a prueba la memoria de los elefantes. Una pareja había estado separada dos años, la otra doce.
Hörner recogió heces de los citados elefantes africanos (Loxodonta africana) y de elefantes africanos de otros zoológicos alemanes. Las muestras de heces, de entre 10 y 15 kilos, viajaron por todo el país en el pequeño coche de Hörner.
Emociones positivas
El equipo de Hörner presentó muestras de heces a cada uno de los cuatro elefantes antes de reunirlos con su pariente. En el caso de las muestras de heces de elefantes no emparentados, del mismo zoo o de otro lugar, los elefantes olfatearon la muestra y luego se alejaron.
No ocurrió lo mismo con las muestras de caca procedentes de la madre o la hija con las que pronto se reunirían. En este caso, las elefantas olieron la muestra durante mucho tiempo, lo que provocó diversas reacciones, desde agitar las orejas hasta zumbar.
Según los investigadores, este tipo de reacciones pueden estar relacionadas con emociones positivas. “Fue asombroso y muy intenso”, dijo Hörner. “Estábamos seguros de que habían recordado y sabían exactamente lo que estaban oliendo”. “La muestra era pequeña, pero sería cruel hacer pruebas similares con elefantes que no se reúnen después”, dijo Hörner. “Eso podría
Aroma familiar
“No me sorprende que los elefantes tengan recuerdos muy lejanos, sobre todo en un contexto social”, afirma el psicólogo especializado en cognición animal Joshua Plotnik, del Hunter College de Nueva York, que no participó en el estudio. Los elefantes viven en grupos que se separan y vuelven a reunirse al cabo de mucho tiempo.
Pero Plotnik también dice que el experimento puede no haber sido una verdadera prueba de memoria. Puede que todos los miembros de una familia de elefantes tengan el mismo rasgo de olor que puede provocar el reconocimiento sin conexión con la memoria. Exponer a los elefantes a otros olores, como los de ellos mismos, otros parientes presentes y ausentes y más olores de elefantes desconocidos podría arrojar más luz sobre las respuestas de los elefantes.
Queda, pues, un resquicio para la conclusión del estudio. No obstante, el protocolo podría ser útil a la hora de introducir nuevos elefantes en un grupo existente en un zoológico. Los elefantes de los zoológicos pueden ser reacios a los recién llegados. “Sería muy inteligente esparcir el olor por todo el recinto”, dice Hörner.
Para los elefantes de este experimento, los reencuentros fueron un éxito, afirma Hörner. Las madres y las hijas se saludaron casi inmediatamente abrazándose con la trompa.
Sin comentarios