Una dieta sana ayuda a ralentizar la pérdida de memoria, según demuestra un estudio realizado durante una década en personas mayores. Incluso los portadores del gen del Alzheimer se benefician.
A medida que envejecemos, nuestra memoria se deteriora, pero hay algo que se puede hacer al respecto según las investigaciones chinas, y esto es: llevar una vida sana. Dado que hay muchas causas posibles de pérdida de memoria, puede ser necesaria una combinación de comportamientos saludables para conseguir un efecto óptimo, escriben los investigadores.
Jugar al Mahjong
Los científicos chinos analizaron los datos de 29 000 adultos de al menos 60 años con memoria funcional normal. Los participantes hicieron una prueba de memoria al inicio del estudio en 2009. También se les hizo la prueba del gen APOE. La apolipoproteína E, abreviada APOE, es el mayor factor de riesgo conocido del Alzheimer. Se descubrió que el 20 % de los participantes eran portadores del gen. Cada pocos años se reexaminaron los temas, la última vez en 2019.
A continuación se determinó una puntuación de estilo de vida saludable, basada en seis factores: una dieta sana, suficiente ejercicio, suficiente contacto social, actividad cognitiva en forma de lectura, escritura o juego al Mahjong (juego de mesa Chino), no fumar y no beber alcohol. Seguidamente, se dividió a los participantes en tres grupos en función de si reunían de cuatro a seis factores de salud, de dos a tres o de cero a uno. También se dividieron en portadores y no portadores del gen APOE.
Más sobre el gen APOE
El gen APOE (Apolipoproteína E) es un gen humano que codifica para una proteína importante involucrada en el metabolismo de los lípidos y la formación de placas en los vasos sanguíneos. Hay tres variantes comunes del gen APOE: APOE ε2, APOE ε3 y APOE ε4.
El gen APOE ε4 se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, es importante destacar que tener una variante del gen APOE ε4 no garantiza que una persona desarrollará demencia. Otros factores, como la edad, la herencia, los estilos de vida y las enfermedades, también juegan un papel importante en el desarrollo de la demencia.
Alimentación sana
Tras ajustar numerosos factores económicos, sociales y sanitarios, los investigadores concluyeron que cada factor de salud ralentizó el deterioro de la memoria a lo largo de los 10 años que duró el estudio. Sorprendentemente, se descubrió que una dieta sana tenía el mayor efecto, seguida de la actividad cognitiva y el ejercicio.
En general, el grupo que vivía de forma saludable experimentó menos deterioro cognitivo y también el grupo medio con dos o tres factores de estilo de vida saludable completó las pruebas de memoria sustancialmente mejor que los participantes que vivían de forma poco saludable diez años después. Incluso las personas con el gen APOE, que vivían de forma saludable, tenían un mejor rendimiento cognitivo que las que vivían de forma insalubre al cabo de 10 años.
Además, los que llevaban un estilo de vida más saludable tenían un 90 % menos de probabilidades de desarrollar demencia o deterioro cognitivo leve. Para el grupo sano medio, el riesgo de demencia o pérdida de memoria leve disminuyó un 30 %. Los resultados del grupo APOE fueron similares.
Notas al margen
Por supuesto, un estudio observacional de este tipo tiene sus inconvenientes: no puede establecerse ninguna relación causal. Además, los resultados se basan en factores de estilo de vida autodeclarados y puede haber un sesgo porque algunos participantes no se presentaron a los controles intermedios. Pero se trataba de un estudio muy amplio con un largo periodo de seguimiento, lo que permitió evaluar la influencia del estilo de vida en la memoria durante mucho tiempo. Además, los resultados siguieron siendo significativos tras los análisis posteriores.
La prevención es importante
Por ello, los investigadores sostienen que su estudio aporta pruebas sólidas de que un estilo de vida saludable ralentiza el deterioro de la memoria, incluso en personas con carga genética. Su propuesta es estudiar también si un estilo de vida saludable influye en la memoria de los más jóvenes. Pero, sobre todo, los resultados deberían conducir a iniciativas para promover estilos de vida saludables en las personas mayores. “La prevención es importante, ya que no existe ningún tratamiento eficaz contra la demencia”, concluyen los investigadores.
Aunque todos los factores relacionados con el estilo de vida son importantes, hay que centrarse sobre todo en una dieta sana. Sin embargo, nuevas investigaciones deberían demostrar en qué sentido el efecto es mayor, es decir, a qué edad y en qué medida deben utilizarse factores relacionados con el estilo de vida. Así pues, los investigadores esperan que un estilo de vida saludable se traduzca en una disminución sustancial del número de pacientes con demencia, al igual que ocurre con las enfermedades cardiovasculares.
Prevención de la demencia
Llevar un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la demencia. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, evitar hábitos nocivos como fumar y consumir alcohol en exceso, controlar enfermedades crónicas y mantener una actividad mental constante son medidas importantes para reducir el riesgo de demencia. También es importante mantener una vida social activa y conectada con amigos y familiares.
Sin comentarios