Los perfeccionistas pueden realizar un trabajo perfecto, pero con este rasgo se entrometen considerablemente en su propio camino. Por lo tanto, son mucho más propensos a sufrir burnout (agotamiento laboral). Y no solo por el trabajo.
Todos nos cansamos alguna vez: los niños, el trabajo, las tareas domésticas, nunca paran, pero ¿cuándo se desborda el cubo y acabas agotado? A algunos no les ocurre nunca, a otros varias veces en su vida. Los perfeccionistas parecen especialmente propensos al agotamiento, sobre todo a causa de sus propias exigencias infinitamente elevadas.
Burnout en el cerebro
La suma de largos periodos de estrés, agotamiento emocional y problemas en el trabajo o en casa puede desembocar en el agotamiento. Esto se refleja en el cerebro, explica el investigador principal, el profesor Gordon Parker. “El sistema nervioso autónomo, que reacciona rápidamente y desencadena una respuesta de estrés, se activa entonces de forma permanente. El sistema nervioso parasimpático, que debería calmar el cuerpo, se sobrecarga, igual que cuando se produce un exceso incesante de revoluciones en un coche, por ejemplo. También se altera la respuesta lenta al estrés en el hipotálamo, que libera hormonas del estrés. Como resultado, se libera mucha más cantidad de la hormona del estrés cortisol primero y menos después. El pico inicial de hormonas del estrés reduce el crecimiento de las células nerviosas del cerebro y es perjudicial para la neuroplasticidad. También disminuye el volumen de algunas regiones cerebrales y la conexión entre ellas”.
Por lo tanto, los síntomas del burnout van mucho más allá del simple cansancio, prosigue el profesor. “Las personas que luchan contra el agotamiento también suelen tener problemas cognitivos, como niebla cerebral, y se sienten menos conectadas con amigos y familiares. Además, rinden peor en casa y en el trabajo”.
Más que trabajo
Algunos métodos convencionales para diagnosticar el burnout se centran solo en el estrés laboral, pero Parker afirma que el impacto es mucho más amplio. “Nuestros hallazgos apuntan a una definición mucho más amplia del burnout. No solo afecta a las personas con trabajos duros. Encontramos las mismas quejas de salud en personas con responsabilidades asistenciales exigentes. También debemos alejarnos de la idea de que el burnout es una simple suma de factores de estrés. Está claro que algunas personas están más predispuestas a ello que otras, lo que también explica por qué tantas personas en el sector asistencial sufren burnout”, afirma Parker.
Pero el estrés, como ya se ha dicho, no es solo un problema laboral. “Por el contrario, descubrimos que el estrés en casa también puede poner en marcha las ruedas del burnout”. Tu personalidad también influye. “El burnout también puede producirse como resultado de ciertos rasgos de carácter, especialmente el perfeccionismo”.
Siempre en marcha
Parker explica: “Las personas perfeccionistas suelen ser excelentes empleados. Son extremadamente fiables y concienzudos. Pero también son propensos al agotamiento porque se fijan objetivos poco realistas y ponen el listón demasiado alto en cuanto a su propio rendimiento. Al final resultan inalcanzables”.
Los perfeccionistas siempre están “encendidos”, dice el experto. “Son muy cumplidores, trabajan muchas horas y son más diligentes que los demás. Les cuesta descansar”. Estas personas también tienden a puntuar más alto en neuroticismo, se sienten menos competentes y son más propensas a culparse a sí mismas que a los demás cuando algo va mal. “Según nuestras investigaciones, los psicópatas y los sociópatas tienen menos probabilidades de sufrir burnout”, afirma.
Prevenir y curar
El profesor Parker lleva años investigando el burnout y es terapeuta desde hace décadas. Así que también tiene algunas ideas sobre cómo prevenir el agotamiento. Por ejemplo, es importante reconocer las pautas y los escollos en los que sigues cayendo y desarrollar resiliencia para poder resistir.
También tiene algunos consejos prácticos: “Sea consciente del riesgo, garantice un buen equilibrio entre trabajo y vida privada y hable con su jefe si amenaza con convertirse en algo excesivo”. Si ya está agotado, la clave está en identificar los principales factores de estrés y desarrollar estrategias para desestresarse. Piensa en cosas sencillas, como hacer ejercicio, meditar y prestar atención. También es valioso identificar las motivaciones personales, que le ayudarán a
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