Nuevas investigaciones demuestran que el virus de la viruela es más antiguo de lo que se pensaba y probablemente ya circulaba en la época de Ramsés V.
Quizá sea el virus más conocido del planeta: el Variola, o virus de la viruela. El virus causó muerte y destrucción hace muy poco tiempo y se cree que él solo provocó la muerte de 300 millones de personas solo en el siglo XX. Hoy en día, la enfermedad ya no es una amenaza: en 1980, gracias a una campaña mundial de vacunación, el mundo pudo declararse libre de viruela. Con ello, la viruela pasó a los libros como la primera (y hasta la fecha única) enfermedad infecciosa erradicada en todo el mundo.
En este artículo, hablamos siempre del “virus de la viruela”. Pero en realidad, existen diversas variantes que pueden dividirse a grandes rasgos en dos grupos: Variola minor y Variola major. La primera variante era menos común que la Variola major y tiene un curso de la enfermedad bastante leve; la Variola minor es mortal en menos del 1 % de los casos. Por lo general, la variola major presentaba un curso más grave de la enfermedad y era mucho más frecuente (en aproximadamente el 30 % de los casos por término medio) con un desenlace mortal.
Orígenes
Tenemos una imagen bastante buena de las secuelas recientes del virus de la viruela. Pero muy distinto es el de los orígenes del virus. Durante años, los científicos han tratado de entenderlo y determinar, entre otras cosas, cuándo se originó el virus. Hasta hace poco, las pruebas más antiguas del virus se remontaban a la Edad Media (hacia 1600). Pero eso cambió en 2020, cuando los científicos encontraron cepas de Variola en esqueletos que databan de la época de los vikingos. Indicaba que el virus había estado circulando al menos 1000 años antes. En un nuevo estudio (publicado en la revista Microbial Genomics), la antigüedad del virus se eleva ahora aún más; según los científicos, ya circulaba hace más de 3800 años.
El estudio
Los investigadores no se basaron (como en estudios anteriores) en hallazgos arqueológicos, sino en un análisis del material genético del virus de la viruela. “Utilizamos información genética ya publicada de distintas cepas del virus de la Variola”, explicó el investigador Diego Forni. “Empleamos muestras modernas del virus, pero también muestras tomadas de restos de los siglos XVII y XVIII e incluso de restos que se remontan a la época de los vikingos (600 a 1050 d. C.)”. Al comparar los genomas de estas tribus modernas y antiguas, los investigadores pudieron formarse una imagen de la evolución del virus. Por ejemplo, descubrieron que las distintas cepas del virus podían remontarse a un antepasado común y que una pequeña proporción de los componentes genéticos del virus que circulaba en la época de los vikingos había logrado persistir hasta el siglo XVIII.
Diversidad
Pero con eso, aún no estaba claro cuándo había surgido el virus. Para ello, los investigadores analizaron la diversidad genética existente entre las distintas cepas del virus. “La diversidad genética se acumula con el tiempo”, afirma Forni. Y eso permite utilizar las diferencias genéticas entre cepas para estimar cuándo se originó el virus. Al hacerlo, sin embargo, los investigadores tuvieron que tener en cuenta un fenómeno también denominado “fenómeno de la tasa dependiente del tiempo”. “Esto significa que la variación genética entre los virus parece ser mayor si se observa a corto plazo y, por el contrario, menor si se estudia a largo plazo”, explica Forni. Evidentemente, influye a la hora de datar los virus por las diferencias genéticas entre muestras y, sobre todo, por cómo esas diferencias se acumulan con el tiempo. Por eso es importante tenerlo en cuenta, afirma Forni. “Esto se debe a que nos permite hacer una estimación más fiable de la aparición del virus Variola”.
Por cierto, el fenómeno de la tasa dependiente del tiempo no solo se da con el virus de la viruela. “Ya se ha descrito para varios virus de ADN”, afirma Forni. Además, se ha demostrado que algunos de estos virus aparecieron mucho antes de lo que cabría pensar por su diversidad genética, debido al fenómeno de la tasa dependiente del tiempo. Y así también el virus Variola resulta ser ahora mucho más antiguo de lo que se creía. Según los investigadores, lleva vagando más de 3800 años.
Ramsés V
A los historiadores probablemente no les sorprenda. De hecho, ya había hallazgos arqueológicos que apuntaban a una existencia mucho más antigua del virus de la viruela. El más famoso es el faraón Ramsés V, que murió en 1157 a. C. Un análisis de su momia en el siglo XIX permitió descubrir cicatrices muy similares a las que puede provocar una infección de viruela. “No sabemos de qué murió Ramsés V”, subraya Forni. “Lo que sabemos es que mostraba marcas que recuerdan a la viruela”. La nueva investigación no puede confirmar que el faraón contrajera una infección de viruela, pero al menos indica que el virus de la viruela ya circulaba en la época del faraón.
“El virus Variola puede ser mucho, mucho más antiguo de lo que pensábamos”, argumenta Forni. “Y esto es importante, porque confirma la hipótesis de que el virus de la viruela ya existía en las sociedades de la antigüedad”. Además, también puede aumentar nuestra comprensión del virus. “Es importante arrojar luz sobre el origen del virus, porque eso nos permite comprender mejor cómo se originó este virus, cómo se propagó entre nuestra especie y cuánto tiempo lleva infectándonos. Esa información, a su vez, puede ayudarnos a formular hipótesis sobre la evolución y la patogenicidad (el grado en que el virus enferma a la gente) del virus. Esto último es especialmente relevante porque sabemos que hoy en día existen dos grandes clados del virus Variola que (en términos de la gravedad de la enfermedad que causan) son notablemente diferentes entre sí”.
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