En el pasado, los maestros solían ser superior en términos de número que las maestras. Ahora ya no es así. Y así hay más profesiones que ahora están dominadas por el sexo opuesto. Los investigadores creen ahora que pueden explicarlo.
A pesar de los avances en la igualdad de género en las últimas décadas, la mayoría de los hombres y las mujeres siguen desempeñando ocupaciones diferentes. Por ejemplo, muchas mujeres trabajan en el sector sanitario, mientras que los hombres suelen buscar empleo en la construcción o la ingeniería. Esta denominada segregación por sexos en el mercado laboral se ha relacionado anteriormente con tres factores. Pero un científico sospecha ahora que puede haber detrás otra explicación bastante sorprendente.
Tres factores
Como ya se ha dicho, no es la primera vez que los científicos estudian la segregación por sexos en el mercado laboral. Anteriormente, los investigadores propusieron tres explicaciones para este fenómeno. Son las siguientes. En primer lugar, los hombres suelen preferir empleos que les confieren un estatus más elevado. En segundo lugar, puede deberse a estereotipos de género sobre las capacidades y preferencias de hombres y mujeres. Por ejemplo, es más probable que a los hombres se les considere aptos para una carrera de matemáticas, ciencias o un trabajo que requiera fuerza física, mientras que a las mujeres se les anima más a elegir una profesión socialmente cualificada o creativa. Por último, entre las parejas heterosexuales, el reparto estereotipado del trabajo suele dar lugar a que las mujeres sean más propensas a buscar un empleo que puedan compaginar bien con la vida familiar, por ejemplo, trabajando a tiempo parcial.
Trabajos típicos de hombres y mujeres
Incluso en 2023, sigue habiendo profesiones reservadas casi exclusivamente a hombres o mujeres. Los hombres predominan en la construcción y la ingeniería, y las mujeres en los cuidados o la asistencia. Así, los hombres tienen más probabilidades de ser mecánicos de coches, obreros de la construcción, electricistas o carpinteros, mientras que las mujeres ocupan puestos de comadronas, ayudantes de médico, secretarias y esteticistas.
Aunque estos factores parecen plausibles, no pueden explicar totalmente la composición por sexos de muchas ocupaciones. Además, también se han producido cambios notables en algunas ocupaciones. Pensemos, por ejemplo, en un profesor o un farmacéutico. Hace unas décadas, estos empleos eran mayoritariamente masculinos, mientras que ahora la mayor parte son ocupados por mujeres. Este cambio es notable, ya que los perfiles de cualificación correspondientes o las condiciones de trabajo no han cambiado sustancialmente. Además, los factores mencionados tampoco explican ciertas diferencias de género dentro de las especialidades. Los radiólogos, por ejemplo, suelen ser hombres y las dermatólogas, mujeres. Pero, ¿por qué?
Nueva teoría
En parte, puede deberse a que los hombres abandonan determinadas profesiones o especialidades cuando aumenta el número de mujeres en el campo correspondiente, según sugiere una teoría. El investigador Per Block decidió probar esta teoría utilizando nuevos métodos de la ciencia de redes. En su estudio, publicado en la revista Social Networks, resume el mercado laboral como una “red de movilidad” en la que los trabajadores enlazan distintas ocupaciones cambiando de empleo. Esto permitió a Block analizar si los hombres cambian efectivamente de trabajo cuando una ocupación se feminiza cada vez más.
Cambiar de trabajo
Los resultados son sorprendentes. Pues los resultados muestran claramente que, efectivamente, los hombres tienen menos probabilidades de permanecer en el trabajo cuando se incorpora a la profesión un mayor porcentaje de mujeres. “Si comparamos dos ocupaciones hipotéticas que son idénticas en todas las características ocupacionales y difieren únicamente en la proporción de mujeres que acceden a ellas (25 % frente a 75 %), el análisis muestra que los hombres tienen el doble de probabilidades de abandonar la ocupación feminizada”, afirma Block.
Descripción
Block piensa un paso más allá. Por ejemplo, sugiere que las características profesionales específicas también pueden ser una consecuencia y no solo una causa de las ocupaciones sexistas. “A menudo se describe a las enfermeras con rasgos estereotipadamente femeninos, como sociables y cariñosas”, dice Block. “Pero si la mayoría fueran hombres, podríamos utilizar palabras muy distintas para describir la profesión”.
En conjunto, los resultados sugieren que la segregación por sexos en el mercado laboral no solo está causada por determinadas características profesionales propias de cada sexo. Los hombres (y las mujeres) parecen evitar consciente o inconscientemente las ocupaciones mixtas. Y esto explica no solo las fluctuaciones observadas en la composición por sexos, sino también por qué algunas especialidades dentro de las ocupaciones tienen más probabilidades de estar dominadas por mujeres o por hombres.
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