Debido al uso excesivo de agua, el Gran Lago Salado se ha secado considerablemente. “La mayoría de los residentes de Utah no ven la urgencia de esta crisis, ni sus consecuencias medioambientales, sanitarias y económicas”.
Los investigadores dan la voz de alarma en un informe exhaustivo sobre el Gran Lago Salado, un lago salado situado en el estado estadounidense de Utah. Según ellos, el lago se enfrenta a “un peligro sin precedentes”. Si no se toman medidas adecuadas, el lago salado podría desaparecer en tan solo cinco años. “Las decisiones que tomemos en los próximos meses repercutirán en nosotros mismos y en los ecosistemas de todo Occidente en las próximas décadas”, afirmaron de forma inequívoca.
Gran Lago Salado
El Gran Lago Salado es el mayor lago salado del hemisferio occidental. El lago es de gran importancia, tanto para los humanos como para los animales. Por ejemplo, es una importante atracción turística y las actividades económicas, incluida la pesca del camarón, generan más de 2500 millones de dólares anuales. Además, el lago contiene muchos minerales utilizados en la
Uso excesivo de agua
Pero el lago salado está en una situación desesperada. Debido al uso excesivo de agua, el nivel de esta está descendiendo bruscamente y ya alcanzó su nivel más bajo a principios de este año. El cambio climático ha agravado aún más la ya de por sí grave situación. El nivel del agua está actualmente unos seis metros por debajo de su nivel medio natural. “Desde entonces, el lago salado ha perdido el 73 % de su agua y el 60 % de su superficie”, escriben los investigadores. “Debido al empleo insostenible del agua, el lago se ha secado gravemente. Esto no solo provoca nubes de polvo tóxico, sino también el aumento de la salinidad, con importantes consecuencias para la cadena alimentaria”.
Consumo estimado de agua del Gran Lago Salado, incluido un desglose del uso consuntivo del agua. Imagen: Universidad Brigham Young
El grave declive del lago se ha acelerado especialmente desde 2020. Y si continúa al ritmo actual, el lago podría desaparecer en tan solo cinco años. “La pérdida del lago salado está causando una secuencia de daños ecológicos y económicos que será extremadamente difícil deshacer”, afirman los investigadores.
Consecuencia subestimado
Según los investigadores, las consecuencias son de gran alcance. Sin embargo, afirman que la mayoría subestima gravemente estas consecuencias. “A pesar del estimulante crecimiento de la acción legislativa y la concienciación pública, la mayoría de los residentes de Utah no se dan cuenta de la urgencia de esta crisis”, subrayan los investigadores. “Sabemos que la pérdida de lagos salados tiene importantes repercusiones medioambientales, sanitarias y económicas. Sin un esfuerzo coordinado de rescate, podemos esperar una contaminación generalizada del aire y el agua, además de un aumento del número de especies amenazadas.” La pérdida de evaporación de los lagos también podría afectar al clima local, provocando oscilaciones de temperatura más extremas y desertización. También perjudicará a la agricultura y la industria. Los cálculos muestran que la desecación del lago podría costar a Utah entre 1700 y 2200 millones de dólares anuales. Además, están en juego 6600 puestos de trabajo.
Conservación del agua
La única forma de garantizar la supervivencia del lago es mediante una conservación sustancial del agua. “Aunque ya se ha sugerido la expansión del lago (mediante oleoductos, nuevos embalses o extracción de aguas subterráneas), la conservación es la única forma de salvar el Gran Lago Salado”, argumentan los investigadores. “Además, la conservación es también la forma más rentable y resistente”.
Reducción de la escala de consumo
Para asegurar el futuro del lago, el informe sugiere reducir el consumo de agua entre un 30 % y un 50 %. Esto permitiría que unos 3100 millones de metros cúbicos de agua de arroyos y ríos fluyeran directamente al lago cada año, rellenándolo constantemente. “Instamos a todos los usuarios y gestores del agua a conservarla”, escriben los investigadores. “Estamos en una situación de emergencia, hay que ponerse manos a la obra. Necesitamos que agricultores, provincias, ciudades, empresas, iglesias, universidades y otras organizaciones hagan todo lo que esté en su mano para reducir el uso del agua”.
Hacer frente a la crisis exigirá medidas sin precedentes desde que la humanidad tiene memoria. Promete ser una tarea de enormes proporciones. Pero no inalcanzable. “Salvar el Gran Lago Salado es quizá el mayor reto de la historia de nuestro país”, afirman. “Pero la historia también demuestra que somos capaces de este tipo de acción audaz y colectiva. Creemos que nuestra comunidad está especialmente preparada para afrontar este reto. No es demasiado tarde”.
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