Puede que ni siquiera haga falta una nave espacial para aterrizar en la Luna. Un orbitador bastará para averiguar si en el océano subterráneo de Encélado habitan microbios similares a los de la Tierra. En nuestra búsqueda continua de vida extraterrestre, la luna Encélado de Saturno despierta interés. Durante años se han ido acumulando pruebas de la posible presencia de microbios en el océano subterráneo oculto bajo la gruesa capa de hielo. El único problema: Encélado es un mundo lejano y accidentado. “Obviamente, no será fácil conseguir que un robot se arrastre por las grietas del hielo y se sumerja hasta el fondo marino”, afirma el investigador Régis Ferrière. Pero quizá no sea necesario. Encélado: ¿una aburrida bola de nieve? Cuando la nave espacial Voyager 1 de la NASA visitó Encélado por primera vez en 1980, la luna parecía una pequeña y aburrida “bola de nieve”. Pero las apariencias engañan. Los investigadores se quedaron atónitos al descubrir décadas después, gracias a la sonda e
viernes, diciembre 23, 2022
Una nave en órbita bastaría para saber si hay vida bajo Encélado, la luna de Saturno
Puede que ni siquiera haga falta una nave espacial para aterrizar en la Luna. Un orbitador bastará para averiguar si en el océano subterráneo de Encélado habitan microbios similares a los de la Tierra. En nuestra búsqueda continua de vida extraterrestre, la luna Encélado de Saturno despierta interés. Durante años se han ido acumulando pruebas de la posible presencia de microbios en el océano subterráneo oculto bajo la gruesa capa de hielo. El único problema: Encélado es un mundo lejano y accidentado. “Obviamente, no será fácil conseguir que un robot se arrastre por las grietas del hielo y se sumerja hasta el fondo marino”, afirma el investigador Régis Ferrière. Pero quizá no sea necesario. Encélado: ¿una aburrida bola de nieve? Cuando la nave espacial Voyager 1 de la NASA visitó Encélado por primera vez en 1980, la luna parecía una pequeña y aburrida “bola de nieve”. Pero las apariencias engañan. Los investigadores se quedaron atónitos al descubrir décadas después, gracias a la sonda e
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