Ya sabes: el arroz integral es más sano que el blanco y para el pan debes elegir el integral, pero no siempre es la opción más sabrosa. Los científicos han encontrado una solución: añadir fibra adicional sin cambiar el sabor o la textura.
Han conseguido convertir el almidón del trigo, el maíz y la yuca en fibra dietética, que a su vez puede añadirse a todo tipo de alimentos. Esto crea un producto más saludable, mientras que los consumidores ni siquiera se dan cuenta de que están comiendo más fibra. El aditivo a base de almidón se llama FiberX y, al igual que las fibras dietéticas que se encuentran en los productos de grano entero, no es digerible para el intestino humano.
Como resultado, la fibra dietética llega en su totalidad al colon, donde actúa como una esponja y favorece el movimiento intestinal. La fibra también hace que te sientas “lleno” más rápido y que te sientas saciado durante más tiempo, ya que pasa por tu sistema digestivo a un ritmo más lento en comparación con otros nutrientes. Por último, existen pruebas sólidas de que la flora intestinal contiene más bacterias saludables si se consumen muchos alimentos ricos en fibra, lo que a su vez protege contra una serie de enfermedades graves como la obesidad (mórbida), la diabetes de tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Pastel saludable
FiberX no solo tiene una textura suave, sino que también es inodoro e insípido. Este suplemento dietético es ideal para hacer que los alimentos con un índice glucémico bajo (es decir, con un alto contenido de carbohidratos rápidos, que se absorben directamente en la sangre en forma de glucosa) sean más ricos en fibra. El medicamento no contiene gluten y hace más saludables los alimentos bajos en fibra, como el pan blanco, los pasteles, la pasta, la pizza y las salsas.
El director de la investigación, Asgar Farahnaky, y su equipo de la Universidad australiana de Melbourne modificaron el almidón del trigo, el maíz y la yuca y lo convirtieron en el suplemento dietético que describen como “fibra invisible”. “Ahora podemos añadir fibra adicional a alimentos como el pan blanco, la pasta y el arroz sin cambiar el sabor o la textura”, dijeron. “Los suplementos de fibra desarrollados hasta ahora tenían el principal inconveniente de que cambiaban el sabor, la textura y el color”, dice Farahnaky. “Nuestro producto ni siquiera se nota una vez añadido. Es como cuando una madre revuelve las verduras en el resto de la comida de su hijo para hacerla más nutritiva”.
Conservar el sabor
De este modo, el contenido en fibra de los alimentos puede aumentar entre un 10 % y un 20 %, sin que parezca cambiar nada del producto para el consumidor. Otros suplementos de fibra dan lugar a un producto final más duro o grueso, lo que desanima a algunas personas. Los investigadores realizaron pruebas de sabor y análisis de la textura de panes y pasteles con diferentes cantidades de FiberX añadido. Descubrieron que podían añadir hasta un 20 % de fibra a los alimentos, manteniendo el sabor y la textura originales del producto.
“Esta nueva tecnología significa que podemos aumentar “invisiblemente” la cantidad de fibra en los alimentos, para que la gente obtenga suficiente fibra cada día, incluso si está a dieta. Es un regalo del cielo para las personas que vigilan su peso y, desde luego, para los diabéticos”, explica Farahnaky.
Menos desperdicio de alimentos
La investigadora Mahsa Majzoobi explica que se modificó la estructura del almidón a nivel molecular y luego se probó cómo reaccionaba con las enzimas digestivas. “El almidón modificado debe tener un alto grado de resistencia para ser considerado un suplemento de fibra útil”, dice. Con esta nueva tecnología, el equipo puede convertir más del 80 % del almidón en fibra dietética.
En la siguiente fase, los investigadores planean buscar alternativas sostenibles para convertir el almidón en fibra dietética. Según Farahnaky, la tecnología FiberX no solo ofrece beneficios para la salud, sino que también puede ayudar contra el desperdicio de alimentos y en la logística. “En lugar de cultivar y exportar más cereales, deberíamos utilizar los existentes para crear productos de valor añadido aquí en Australia”, dijo Farahnaky.
Aumento de la escala
El equipo tiene previsto trabajar con varios grandes nombres de la industria alimentaria australiana para evitar la pérdida de subproductos ricos en almidón y fibra de la producción de proteínas vegetales. Por ejemplo, Australia produce actualmente unas 5000 toneladas de legumbres al año, lo que genera
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