Un nuevo aerosol antibacteriano es ideal para limpiar los alimentos, prolongar la fecha de caducidad o en caso de duda sobre su frescura. A todo veraneante exótico le gustaría llevar un pulverizador del desinfectante en el bolsillo interior.
Investigadores canadienses han creado un aerosol que puede rociarse con seguridad sobre los alimentos para librarlos de patógenos peligrosos, como la E. coli 0157. El remedio consiste en gotitas microscópicas llenas de bacteriófagos. Se trata de virus inofensivos que se alimentan de bacterias. Cada gota tiene un diámetro de unas 20 micras (una cincuentava parte de un milímetro) y contiene millones de bacteriófagos.
Nanobiotecnología
El nuevo superdesinfectante ha demostrado ser seguro y muy eficaz, escriben los científicos en Nature. El investigador Lei Tian probó el efecto del aerosol antibacteriano en distintos alimentos. “Cuando lo pulverizamos sobre los alimentos, desplegamos miles de millones de diminutos combatientes, por así decirlo, para protegerlos de la contaminación bacteriana”, explica Tian. El quid de la cuestión es que los virus benignos se agrupan en gotitas diminutas y así pueden desplegarse en un aerosol de fagos.
Sostenible y natural
El estudio se basa en los mismos conocimientos químicos que los investigadores habían utilizado anteriormente para provocar que los fagos se unieran entre sí en cantidades suficientes para formar un gel. “Están unidas entre sí como ladrillos de Lego microscópicos”, explica. “Esta estructura natural manejable hace que sea mucho más duradera y fácil de envasar, almacenar y emplear el producto”.
Antes del descubrimiento de la penicilina en la década de 1940, se investigó mucho sobre los desinfectantes fágicos, pero el interés disminuyó cuando entraron en el mercado los antibióticos basados en la penicilina. La resistencia de los microbios patógenos a los antibióticos se está convirtiendo en un problema cada vez mayor, por lo que se ha renovado el interés por la investigación sobre los fagos.
Reacción en cadena
Cuando los fagos (que se encuentran de forma natural en los seres humanos, los animales y en la naturaleza) entran en contacto con las bacterias a las que se dirigen, se multiplican, aumentando explosivamente su potencia antibacteriana a medida que cumplen su función y se comen a los patógenos. “Se trata de una potente reacción en cadena, con un efecto a largo plazo aún más abrumador y destructivo para las bacterias objetivo que los antibióticos”, afirma el profesor Tohid Didar. “Ningún otro producto antibacteriano (ni siquiera una lejía) tiene las propiedades especiales que poseen los fagos”.
Otra gran ventaja del uso de fagos en la agricultura y la producción de alimentos es que pueden utilizarse de forma muy específica para eliminar determinadas cepas nocivas de bacterias sin matar las bacterias beneficiosas que mejoran el sabor, el olor y la textura de los alimentos. El nuevo aerosol fágico es prometedor y podría estar listo para su aplicación comercial relativamente pronto, afirman los investigadores, ya que los fagos ya están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para su utilización en alimentos.
Para todos tus microbios rebeldes
En su estudio, el equipo demuestra que la pulverización de fagos puede destruir la bacteria patógena E. coli 0157 en la lechuga y la carne. Escriben que usando la misma técnica, debería ser posible fabricar un aerosol capaz de eliminar otras bacterias que provocan intoxicaciones alimentarias, como la Salmonella y la Listeria. En un futuro próximo, afirman, también será posible fabricar un aerosol que contenga múltiples tipos de bacteriófagos. Así, es posible que pronto podamos combatir varios patógenos con solo pulsar un botón de pulverización. Según los nanobiotecnólogos, los sprays de fagos podrían emplearse en el procesado, envasado y limpieza de alimentos, e incluso para tratar el agua de riego y los equipos, cortando ya de raíz la contaminación.
Aplicación médica
El siguiente paso sería probar este prometedor material en medicina, donde podría utilizarse, por ejemplo, para desinfectar heridas. Llevará algún tiempo más poner en práctica estas aplicaciones médicas, ya que aún se necesita mucha investigación para demostrar que funciona de forma segura y eficaz. Un producto fabricado para la desinfección en la industria alimentaria puede llegar al mercado mucho más rápido.
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