Por primera vez, los científicos han descrito la anatomía del clítoris de las serpientes. Y eso arroja dos sorpresas. Uno: las serpientes tienen clítoris. Dos: puede que hayamos malinterpretado completamente su comportamiento de apareamiento.
Así lo escriben investigadores en la revista Proceedings of the Royal Society B Journal. Su estudio aborda un tema poco investigado en la ciencia: los genitales femeninos en los animales. Y concretamente las de las serpientes.
Clítoris
Los científicos examinaron los genitales de nueve especies distintas de serpientes, en concreto a la caza del clítoris, que hasta hace poco ni siquiera estaba claro si las serpientes tenían. Sin embargo, después de este estudio ya no cabe ninguna duda: las serpientes poseen clítoris, según los investigadores.
Funcional
“Nuestro estudio desafía la vieja suposición de que las serpientes no tienen clítoris o de que no sería funcional en ellas”, argumenta la investigadora Megan Folwell. De hecho, la investigación también sugiere que el clítoris de las serpientes funciona. “Descubrimos que el clítoris en forma de corazón está formado por nervios y glóbulos rojos que también encontramos en los tejidos eréctiles”, explica la investigadora Kate Sanders. “Esto sugiere que el clítoris se hincha y puede estimularse durante el
Esto último es muy interesante porque podría cambiar radicalmente nuestra visión del comportamiento de apareamiento de las serpientes. De hecho, se supone que al hacerlo, la hembra se ve más o menos obligada a aparearse con el macho. Pero el hecho de que tenga un clítoris funcional sugiere que, después de todo, puede que lo hayamos entendido mal. “Ahora que hemos trazado la anatomía (del clítoris), también podemos darle la vuelta y argumentar que las serpientes podrían aparearse tras haberse seducido (en lugar de forzado) mutuamente”, argumenta la investigadora Jenna Crowe-Riddell. “Y ese es un escenario que nunca habíamos considerado para las serpientes. Para los mamíferos sí, y creo que las serpientes se han quedado algo rezagadas, porque tienen escamas y (para ser sinceros) también son un poco extrañas”.
Investigación de seguimiento
En el futuro, los investigadores esperan examinar el clítoris de aún más especies de serpientes. Y también para investigar exactamente cómo se aparean las hembras con los machos; tras ser estimuladas y seducidas por el macho o (como siempre se ha supuesto) bajo coacción. Además, los investigadores también quieren estudiar los genitales femeninos en reptiles parecidos a las serpientes, como los lagartos.
Lo que es seguro es que los científicos han abierto con su estudio un campo de investigación totalmente nuevo. Y están muy orgullosos de ello. “Sobre todo porque, después de todo, los genitales femeninos siguen siendo un poco tabú”, afirman.
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