La presión arterial alta no solo es extremadamente mala para el corazón y los vasos sanguíneos, sino que además no hace más agradable su carácter.
La presión arterial diastólica (la más baja de las dos cifras de una lectura de la presión arterial) es la causa más probable de los rasgos neuróticos, concluyen los investigadores de Shanghai. Si se mantiene esta presión diastólica bajo control, se puede reducir el comportamiento neurótico, pero también la ansiedad, aconsejan.
Causa o efecto
Se sabe que la hipertensión arterial es un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, pero también está relacionada con el neuroticismo, un rasgo caracterizado por la predisposición a las emociones negativas, como la ansiedad y la depresión. Pero hasta ahora no estaba claro qué es causa y qué es efecto: ¿las personas neuróticas son más propensas a padecer hipertensión arterial o la hipertensión arterial es realmente la causa del comportamiento neurótico?
Para averiguarlo, los investigadores utilizaron una técnica denominada aleatorización mendeliana. Se trata de un método bien conocido para averiguar cómo afectan los factores de riesgo a una determinada enfermedad. Para ello, se realizan mediciones de la variación de los genes. En este caso, el factor de riesgo es la presión arterial. Los científicos emplearon entonces las variaciones genéticas para encontrar pruebas de una relación causal con el neuroticismo. De este modo, intentaron reducir los sesgos que suelen aparecer en los estudios observacionales.
Estudio genético
Su conclusión: entre el 30 y el 60 % de la presión arterial depende de factores genéticos. Más de mil formas de polimorfismo genético de un solo nucleótido (SNP) están asociadas a ella. Los SNP ayudan a predecir la respuesta de las personas a ciertos medicamentos, su susceptibilidad a los factores ambientales y su riesgo de desarrollar enfermedades.
Los investigadores usaron ocho grandes conjuntos de datos del genoma completo tomados de muestras de sangre de personas mayoritariamente europeas. Aplicaron la aleatorización mendeliana a las cuatro características de la hipertensión arterial: presión arterial sistólica y diastólica, presión de pulso (presión arterial sistólica menos diastólica) e hipertensión. Compararon estos datos con cuatro condiciones psicológicas: ansiedad, depresión, neuroticismo y bienestar subjetivo.
Neuroticismo debido a la hipertensión arterial
El resultado fue sorprendente: se descubrió que la presión arterial alta y la presión arterial diastólica alta aumentan la probabilidad de neuroticismo, pero no tienen ningún efecto sobre la ansiedad, la depresión o el bienestar subjetivo. Finalmente, tras múltiples pruebas, solo se mantuvo la relación causal con la presión arterial diastólica. Pero aun así: esto se puede llamar llamativo. Por lo tanto, las personas con presión diastólica alta también podrían sentirse mejor psicológicamente si la bajan.
Los investigadores reconocen las limitaciones de su estudio. Por ejemplo, no fue posible descartar la pleiotropía, en la que un gen puede tener un efecto sobre múltiples rasgos. Además, los resultados pueden no ser aplicables en personas de ascendencia no europea.
Pero, por otro lado, la presión arterial conecta el corazón y el cerebro. Por lo tanto, puede afectar al desarrollo de ciertos rasgos de la personalidad, explican los investigadores.
Personas neuróticas
“Las personas con neuroticismo pueden ser sensibles a las críticas de los demás y suelen ser autocríticas. Desarrollan fácilmente ansiedad, ira, preocupación, hostilidad y depresión”, escriben los investigadores. “El neuroticismo se considera la principal causa de los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo. Las personas neuróticas son más propensas a experimentar altos niveles de estrés, lo que puede conducir a un aumento de la presión arterial y de las enfermedades cardiovasculares”, escriben además.
Por ello, los investigadores recomiendan vigilar de cerca la presión arterial si se padecen rasgos neuróticos. “Esto puede reducir el neuroticismo y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares”.
Presión diastólica frente a presión sistólica
La presión arterial es la presión de los vasos sanguíneos necesaria para bombear la sangre a todos los músculos y órganos. Para este bombeo, el corazón tiene que tensarse y relajarse constantemente. Esto se llama sístole y diástole. La presión sistólica, o presión superior, es la presión máxima que se produce cuando el corazón se contrae, cuando la sangre es bombeada a las arterias. La presión diastólica, o presión más baja, se produce entre las contracciones del corazón, cuando este se llena de sangre, y es el resultado de un descenso de la presión en los vasos sanguíneos.
Para su salud, la presión superior es lo más importante. Lo ideal es que esté por debajo de 120, pero entre 120 y 140 su presión arterial sigue siendo normal. Entre 140 y 180 su presión arterial es elevada y por encima de 180 es gravemente elevada. Si es así, debe ponerse en contacto con su médico de cabecera inmediatamente.
Sin comentarios