La alimentación es una necesidad vital y un derecho de todos los habitantes de la Tierra; no podemos sobrevivir sin ella. De los alimentos nuestro cuerpo obtiene los nutrientes que necesita para crecer y realizar sus procesos vitales.
Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, 925 millones de personas en el mundo no tienen suficiente para comer.
La seguridad alimentaria, según la definición de la Cumbre Mundial de la Alimentación, es “cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos para llevar una vida activa y sana”. La falta de alimentos conduce a la malnutrición porque el cuerpo no recibe los nutrientes adecuados de su dieta; esto provoca daños en los órganos y funciones vitales del cuerpo, y es común en los países más pobres y en desarrollo.
No solo se trata de comer bien
A veces, no es solo la falta de alimentos o la dieta ineficaz lo que causa la desnutrición; algunas personas se desnutren debido a ciertas enfermedades o condiciones que les impiden digerir o absorber sus alimentos. Por ejemplo, las personas que padecen la enfermedad celíaca tienen problemas intestinales provocados por una proteína llamada gluten que se encuentra en el trigo, el centeno y la cebada. La enfermedad celíaca puede interferir en la capacidad del intestino para absorber nutrientes, lo que puede provocar deficiencias nutricionales.
La ingesta irregular de alimentos es una de las principales causas de desnutrición. Los horarios del desayuno, la comida y la cena deben ser fijos; la indisciplina en este asunto es muy mala. Este mal hábito de tomar comidas irregulares provoca indigestión y finalmente da lugar a la malnutrición.
Malos hábitos
Además de estas causas de malnutrición relacionadas con la alimentación, hay algunas causas generales como los ambientes sucios, las enfermedades corporales, el trabajo pesado y la falta de ejercicio, la falta de aire fresco y puro, la falta de luz solar, etc.
Cabe mencionar que, a pesar de los esfuerzos de las naciones por resolver el problema de la inseguridad alimentaria, que es una de las razones que conducen a la malnutrición, la situación de seguridad alimentaria y nutrición de África está empeorando. En las últimas décadas, África ha sufrido varios episodios de inseguridad alimentaria aguda que han causado una inmensa pérdida de vidas y medios de subsistencia.
Poco avance
Los países africanos son los que menos han avanzado colectivamente en la consecución del Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir el hambre para 2015, y en la actualidad casi un tercio de su población vive con hambre crónica. Veintitrés millones de personas en 11 países de las regiones africanas están afectadas por la inseguridad alimentaria aguda y se enfrentan a la malnutrición.
Entre los factores que conducen a esta situación se encuentran las tasas de crecimiento demográfico excepcionalmente altas, los conflictos políticos, los cambios climáticos y la pobreza endémica de algunas regiones.
Principal problema
La pobreza y la escasez de alimentos son las principales razones de los problemas de inseguridad alimentaria y malnutrición en África. En 2004, 121 millones de africanos subsaharianos vivían con menos de 0,50 dólares al día. Las personas que viven con menos de 1 dólar al día no pueden pagar los precios que necesitarían para comprar todos los alimentos que necesitan; el consumo de carne y pescado para los muchos africanos pobres es un lujo.
Además, en los últimos 30 años, África se ha visto sometida a patrones climáticos erráticos y a menudo está plagada de sequías prolongadas seguidas de inundaciones. Estas perturbaciones naturales tienen consecuencias adversas, como la inseguridad alimentaria generalizada. Dado que la mayoría de los habitantes de la región dependen de la agricultura de secano para su subsistencia, solo el 4 % de las tierras de cultivo del África subsahariana son de regadío. Además, las poblaciones agrícolas rurales son las más afectadas debido a su bajísima capacidad de adaptación, que está ligada a niveles de pobreza agudos.
Las consecuencias
La malnutrición tiene muchas consecuencias para la salud y el desarrollo, siendo las madres y los niños los más vulnerables a los efectos devastadores. Las madres desnutridas corren un mayor riesgo de morir en el parto y de dar a luz a bebés de bajo peso que no sobreviven a la infancia. Los niños también sufren las consecuencias de la desnutrición debido a su fisiología y a sus elevadas necesidades calóricas para el crecimiento y el desarrollo. La desnutrición es la causa subyacente de la muerte de más de 2,6 millones de niños cada año.
La desnutrición debe considerarse un problema global con graves consecuencias. La lucha contra la inseguridad alimentaria es dura pero no insuperable. Los esfuerzos futuros requerirán gobiernos activos; y donantes multilaterales y bilaterales que prometan financiación a largo plazo para comprometerse con los esfuerzos nacionales para acabar con la hambruna y la inseguridad alimentaria a un nivel acorde con la magnitud del problema. Solo así podremos superar los problemas de malnutrición.
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