Cualquiera que haya asistido a un partido de fútbol estará familiarizado con el término “árbitro local”. Se trata de un árbitro que favorece al equipo que juega en casa con sus decisiones. Pero, ¿sigue existiendo esta ventaja de jugar en casa cuando no hay público?
Las restricciones durante la pandemia brindaron a los investigadores británicos una oportunidad única en 2020. Pudieron estudiar el efecto de los espectadores de fútbol en el comportamiento de los árbitros en las cuatro ligas de fútbol profesional de Inglaterra (de las cuales la Premier League es la más importante) y vieron que, sin espectadores, la ventaja local ya no existía. Entre otras cosas, analizaron la cantidad de tarjetas amarillas y rojas repartidas en la temporada 2020-2021 y la compararon con las 10 temporadas “normales” anteriores.
En las cuatro ligas profesionales no hubo un patrón de “silbidos en casa” en la temporada de la pandemia del coronavirus, mientras que en las temporadas 2010-2011 a 2019-2020, se habían repartido significativamente más tarjetas a los equipos visitantes. La diferencia era especialmente marcada en las ligas inferiores y en las primeras temporadas. En 2018 y 2019, los árbitros de la Premier League parecían menos susceptibles a las influencias del público local. Esto sugiere que la formación y preparación de los árbitros para los partidos es cada vez más profesional. De este modo, el árbitro goza de un alto grado de “inmunidad” frente al intimidante público local. Este efecto no se observó en las ligas inferiores.
Manipulación por parte del público local
Los científicos concluyeron que el público local es capaz de influir en casi todos los árbitros. Solo los mejores mantienen la calma y pueden dirigir el partido con neutralidad. El profesor Alan Nevill lo explica: “Nuestro estudio proporciona pruebas abrumadoras de que el público es capaz de manipular a los árbitros profesionales, que como resultado conceden significativamente más tarjetas rojas y amarillas al club visitante, en comparación con el club local. Este efecto desaparece como la nieve al sol cuando no hay público presente en el partido”.
El estudio muestra la importancia de la formación y el desarrollo adecuados de los árbitros para que sean resistentes y puedan dirigir los partidos de forma justa. Con estos conocimientos, también se pueden utilizar nuevos métodos de entrenamiento en los niveles inferiores para eliminar la ventaja local en la medida de lo posible. “Nuestros resultados demuestran que el público local puede ser realmente el duodécimo hombre en muchos casos a través de sus fanáticas expresiones de apoyo. No pueden manipular a los mejores árbitros”, explica el investigador Tom Webb.
Profesionalización
“Curiosamente, los árbitros de la Premier League parecen ser menos susceptibles que los árbitros menos experimentados de las divisiones inferiores. Hay varias razones para ello. En la Premier League se destina más tiempo y dinero para que los partidos sean lo más justos posible. Por ejemplo, se han contratado psicólogos para que los árbitros sean más resistentes, y se han introducido varias innovaciones tecnológicas, como la tecnología de la línea de gol y el videoarbitraje (VAR), para ayudar a los árbitros y a los jueces de línea dentro y fuera del terreno de juego”, dijo Webb. “Además, el enorme aumento de la popularidad de la Premier League ha hecho que se invierta más en árbitros profesionales y que se amplíe la brecha entre ellos y los árbitros activos en las ligas inferiores”.
Más apoyo en los niveles inferiores
“Está claro que se necesitan instalaciones de formación más eficaces para los árbitros que no pitan en la Premier League. Esto puede hacerse de varias maneras. En primer lugar, es importante que estos árbitros se formen en las distintas facetas de la ventaja local, para que comprendan mejor cómo se llega a sus decisiones en el partido. También tienen que aprender a ignorar la presión del público y, por lo tanto, a lidiar mejor con el ruidoso y a veces hostil público local”, dice el científico del movimiento Alastair Pearson.
“Debería haber un programa de tutoría más amplio y estructurado para que los árbitros de las categorías inferiores se relacionen con funcionarios más experimentados. También podrían realizar más prácticas en partidos de ligas superiores como parte de su proceso de aprendizaje. Es fundamental realizar más inversiones financieras para garantizar que los árbitros sigan desarrollando sus habilidades. Abogamos por un mayor apoyo psicológico para los árbitros activos en el tercer y cuarto nivel profesional”, concluye Pearson.
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