China ha inaugurado la primera planta del mundo que convierte el dióxido de carbono en metanol a escala comercial. La planta ahorrará unas 500 000 toneladas de emisiones de CO₂ al año en comparación con las plantas que fabrican metanol a partir de carbón.
Se ha inaugurado en la ciudad china de Anyang la mayor planta del mundo de conversión de dióxido de carbono (CO₂) e hidrógeno en metanol.
El metanol es un líquido también llamado alcohol de madera o alcohol de fuego. Se utiliza como combustible y para producir productos químicos como los plásticos. Normalmente, el metanol se fabrica a partir de carbón o gas natural. En cambio, la nueva planta emplea el CO₂ liberado en otros procesos de producción.
“Esto reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Calculamos que las emisiones evitadas ascienden a más de 500 000 toneladas de CO₂ equivalente al año”, afirma Ómar Freyr Sigurbjörnsson, director de Carbon Recycling International (CRI), la empresa con sede en Islandia que ha desarrollado la tecnología y diseñado la instalación.
La cifra se basa en la estimación de que la producción de una tonelada de metanol a partir del carbón suele producir unas 6 toneladas de CO₂ equivalente. La determinación tiene en cuenta todas las emisiones del proceso de producción de la nueva planta.
Segunda planta
La planta, operada por la empresa Shunli, utiliza el CO₂ capturado durante la producción de cal. Ese CO₂ se combina con el hidrógeno que se libera al calentar el carbón para fabricar coque para la producción de acero. La planta puede convertir 160 000 toneladas de CO₂ en 110 000 toneladas de metanol al año.
Las anteriores plantas piloto de producción de metanol a partir de CO₂ solo podían producir unas 5000 toneladas de metanol al año. La planta de Shunli es, con mucho, la más grande hasta ahora. CRI la considera la primera planta que funciona a escala comercial.
Mientras tanto, CRI ya está trabajando en una segunda planta de conversión de CO₂ en metanol en China. En ella se reciclará el CO₂ de un complejo petroquímico de Lianyungang para fabricar metanol para la producción de plásticos.
Combustible para búnkeres
Para convertirlo en combustible, el metanol suele mezclarse con la gasolina. Sin embargo, en China también hay vehículos que funcionan totalmente con metanol. Además, cada vez hay más barcos que funcionan con metanol. Estos producen menos contaminantes que los buques que utilizan el “combustible de caldera” estándar a base de petróleo. Sin embargo, en la actualidad no contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que casi todo el metanol se sigue fabricando a partir de combustibles fósiles.
Según Martin Bertau, del Instituto de Tecnología Química de Freiberg, la captura directa de CO₂ del aire requiere mucha energía. Por ello, cree que tiene sentido que la planta use fuentes concentradas de CO₂ residual. En Alemania, la quema de residuos municipales libera enormes cantidades de CO₂ que también podrían emplearse para fabricar combustibles sintéticos, afirma Bertau.
Gas hidrógeno
En todo el mundo, las empresas también están explorando otras formas de producir metanol sin usar combustibles fósiles. Por ejemplo, se puede producir a partir del biometano liberado por el estiércol.
Hasta ahora se han anunciado 80 proyectos para fabricar metanol sin emplear combustibles fósiles. Si todas ellas siguen adelante, la capacidad de producción superará los 8 millones de toneladas en 2027, afirma Rafik Ammar, del Instituto del Metanol, el organismo comercial mundial de la industria del metanol.
Muchos ven en el hidrógeno verde un sustituto de los combustibles fósiles en aplicaciones que no pueden funcionar con electricidad. Pero el metanol verde tiene enormes ventajas, dice Bertau. A diferencia del hidrógeno gaseoso, el metanol no necesita ser comprimido (lo que requiere energía) y tiene una mayor densidad energética. El metanol también es mucho más fácil y seguro de almacenar y trasladar.
Sin comentarios