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Chimpancé muestra una hoja a su madre: ¿por qué es tan especial?
martes, noviembre 15, 2022

Chimpancé muestra una hoja a su madre: ¿por qué es tan especial?

Los chimpancé también pueden mostrar cosas como los humanos: infoterio noticias de ciencia y tecnología

“Mira, qué cuadro tan bonito”, o “huele esas rosas rojas”, para los humanos es bastante normal compartir experiencias. Pero ahora resulta que los chimpancés hacen lo mismo.

Hasta ahora, esta forma de comportamiento social parecía exclusiva de los humanos, pero los investigadores han descubierto que también los chimpancés quieren a veces mostrar algo a los demás, sin que tenga una utilidad inmediata. En otras palabras, compartir por compartir. Observaron cómo una chimpancé salvaje pedía a su madre que mirara una hoja con ella. Así, en primer lugar, el animal fue capaz de utilizar gestos para indicar a su madre lo que quería: mirar juntos una hoja. Y en segundo lugar, consiguió indicar que no era necesario hacer nada más que mirar juntos. Así que los primates pueden hacer este intercambio de experiencias bajo ciertas condiciones sociales de la misma manera que los humanos.

Los bebés ya lo hacen

Desde su primer año de vida, los seres humanos pueden señalar objetos de interés para ellos o para otros, sin que ello suponga una llamada de atención a la comida o a la ayuda. Pero este comportamiento no se había observado antes en los primates. Sin embargo, los grandes simios podían hacer esos gestos porque querían o necesitaban algo, pero nunca solo para compartir una experiencia.

La investigadora principal, Claudia Wilke, de la Universidad de York, explica: “Los humanos disfrutan compartiendo experiencias con los demás. Las redes sociales, por ejemplo, hacen uso de este rasgo, e incluso en nuestro primer año de vida empezamos a mostrar cosas interesantes que hemos encontrado.”

Solo presumiendo

Así que este “compartir por compartir” no parece ser exclusivo de los humanos. “Nuestra observación de este chimpancé salvaje desmiente esa suposición. Vimos cómo una chimpancé adulta le mostraba a su madre una hoja que había pulido, no porque quisiera que su madre hiciera algo con la hoja, sino probablemente porque solo quería que ella también mirara la hoja”.

El investigador Simon Townsend añadió: “Nuestras observaciones dejan claro que los chimpancés, en determinadas circunstancias sociales, pueden mostrarse unos a otros objetos interesantes simplemente para compartir la experiencia. Así que este comportamiento puede no ser tan inusual como se pensaba”.

Los investigadores grabaron a la chimpancé adulta Fiona mostrando una hoja a su madre, en el bosque de Kibale (Uganda):

Explicaciones alternativas

Examinaron más de ochenta momentos similares en los que los chimpancés rozan las hojas para descartar explicaciones alternativas al comportamiento. Por ejemplo, el propósito podría ser también compartir la comida o pedir que se juegue o se acicale.

Los investigadores llevarán a cabo ahora nuevas investigaciones entre grupos de chimpancés para ver si otros muestran objetos u otros elementos solo para compartir la experiencia. Su descubrimiento tiene mayores implicaciones de lo que se podría suponer a primera vista. Según los investigadores, se cree que este intercambio de experiencias explica la evolución del comportamiento social y cognitivo de los seres humanos. Pero si los monos también lo hacen, surge la pregunta: ¿cuál es la razón por la que los humanos están mucho más avanzados en áreas como la cooperación y el lenguaje?

Compartir más a menudo

El investigador y profesor Slocombe de la Universidad de York, explica: “Aunque habría que encontrar múltiples ejemplos de este comportamiento en los chimpancés, nuestras observaciones ya dejan claro que llamar la atención sobre algo, simplemente para llamar la atención, no es algo exclusivo de los humanos. Siempre se ha especulado que nuestra capacidad de compartir experiencias ayudó a desarrollar nuestras habilidades cognitivas que nos diferencian de otras especies, como la acción conjunta, la cooperación y la comunicación”.

Según Slocombe, esa explicación podría ser válida, porque los humanos hacen esto de “compartir por compartir” mucho más a menudo que los primates. “Nuestras observaciones plantean nuevas preguntas sobre por qué los humanos compartimos experiencias con más frecuencia que nuestros parientes cercanos y si el hecho de que lo hagamos más a menudo que otras especies puede explicar la evolución de las funciones cognitivas que subyacen al comportamiento social humano.”

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