El agujero negro está a solo 1550 años luz de la Tierra. “Así que está prácticamente en nuestro patio trasero”.
Los agujeros negros son objetos asombrosos y exóticos. Aunque su presencia es claramente percibida por otras estrellas a través de la gravedad, no emiten luz, por lo que no podemos observarlas directamente. Además, el agujero negro recién descubierto tampoco parece extraer material de una estrella en apuros. Por eso no es de extrañar que este ejemplar recientemente descubierto y de gran tamaño, situado prácticamente en nuestro patio trasero, haya pasado desapercibido durante tanto tiempo.
Nuevo agujero negro
Los investigadores describen el descubrimiento del agujero negro cercano en la revista Astrophysical Journal. El nuevo y monstruoso agujero negro tiene unas 12 veces la masa de nuestro sol y está a solo 1550 años luz de la Tierra. “Así que está prácticamente en nuestro patio trasero”, dice la investigadora Sukanya Chakrabarti. “También está más cerca del sol que cualquier otro agujero negro conocido”.
Gaia
Como se ha dicho, los agujeros negros son objetos extremos de los que nada, ni siquiera la luz, puede escapar. El descubrimiento del nuevo espécimen procede, por tanto, de un análisis de casi 200 000 estrellas binarias. Los datos sobre estas estrellas binarias fueron publicados el pasado verano por el telescopio espacial Gaia, que lleva años estudiando el cielo nocturno para trazar la posición, la distancia y el movimiento de millones de estrellas. “Buscábamos objetos que tuvieran una gran masa acompañante, pero cuyo brillo solo pudiera atribuirse a una única estrella visible”, explica Chakrabarti. “Esto sugiere que el compañero es oscuro”.
Descubrimiento
Las mediciones revelaron una estrella sometida a una gravedad muy potente. Y de este modo, los investigadores consiguieron descubrir un agujero negro no descubierto. “Las mediciones espectroscópicas revelan un sistema estelar binario, formado por una estrella visible que orbita alrededor de un objeto muy masivo”, concluye Chakrabarti.
Por cierto, se trata de un agujero negro llamado “no interactivo”. Se producen en sistemas binarios, formados por un agujero negro y una estrella, en los que el agujero negro no atrae material del compañero estelar.
Agujero negro “no interactivo”
Al no haber tanta interacción entre el agujero negro y la estrella, son mucho más difíciles de descubrir que sus homólogos en interacción. Estas últimas se encuentran en órbitas más cercanas y extraen material de sus compañeras estelares. “Cuando el agujero negro devora la estrella, por así decirlo, se emiten rayos X”, explica Chakrabarti. Pero en este caso, el agujero negro mantiene a su compañero solo. “Estamos ante un monstruoso agujero negro con una órbita bastante larga de 185 días, unos seis meses”, dice Chakrabarti. “Está a una distancia bastante larga de la estrella visible y tampoco parece acercarse”.
Galaxia
Gracias al agujero negro recién descubierto, los investigadores esperan ampliar aún más nuestros conocimientos sobre estos objetos todavía enigmáticos. Y esto es muy importante. “Los agujeros negros pueden impulsar la formación y evolución de las galaxias”, afirma Chakrabarti. “Este es el caso, por ejemplo, de los agujeros supermasivos que residen en el corazón de las galaxias”. Por cierto, se sabe mucho menos sobre los agujeros negros que no interactúan. “Todavía no está claro cómo afectan estos agujeros negros a la dinámica galáctica”, continúa Chakrabarti. “Pero si son numerosos, sin duda podrían influir en la formación y la dinámica interna”.
Nueva población
En futuras investigaciones, el equipo espera descubrir más agujeros negros no interactivos utilizando las mismas técnicas. Objetos de los que, en realidad, todavía sabemos muy poco. “Los agujeros negros que no interactúan alrededor de estrellas luminosas son un tipo de población muy nuevo”, dice Chakrabarti. “Por lo tanto, probablemente nos llevará algún tiempo caracterizarlos, revelar cómo se forman y hasta qué punto se diferencian de los agujeros negros de fusión conocidos”.
La búsqueda de “hermanos”, por cierto, será una tarea monstruosa. “Estimaciones simples sugieren que hay alrededor de un millón de estrellas visibles en nuestra Galaxia que están acompañadas por un agujero negro”, dice Chakrabarti. “Sin embargo, hay cien mil millones de estrellas encerradas en la Vía Láctea. Así que será buscar una aguja en un pajar. Afortunadamente, la misión Gaia facilita mucho la tarea de afinar nuestra búsqueda”.
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