Por fin se ha desvelado el misterio. Y no, no tiene nada que ver con tu tipo de sangre o con comer plátanos.
Es más que frustrante. Después de una noche de sueño, usted está cubierto de chichones de mosquitos mientras su pareja no sufre nada. Aunque es bien sabido que ciertas personas siempre se llevan la peor parte, la pregunta sigue siendo qué es lo que subyace exactamente. Un nuevo estudio parece poder explicar por fin la preferencia de los mosquitos por ciertas personas desafortunadas.
Mitos
En primer lugar, tenemos que deshacernos de algunos mitos. A saber, que el grupo sanguíneo, los niveles de azúcar en sangre o el consumo de ajo o plátanos hagan a alguien más atractivo para los mosquitos es una bazofia. “Hay pocas pruebas creíbles para estas teorías”, dice la investigadora Leslie Vosshall. Pero si estas cosas no son las culpables, ¿cuáles lo son?
Experimento
Para encontrar una explicación concluyente a la notable atracción de ciertas personas, los investigadores emprendieron un interesante experimento. Se pidió a los participantes que llevaran medias de nylon sobre los antebrazos durante seis horas al día, lo que les empaparía del olor de la persona. A continuación, los investigadores colocaron las medias en habitaciones separadas junto con mosquitos Aedes Aegypti hembra, que podían volar de una habitación a otra a través de tubos. El equipo estuvo atento a qué participante era el más querido por los mosquitos y qué medias podían contar con más visitas.
Sujeto de la prueba número 33
El desafortunado ganador fue el sujeto número 33. “Fue evidente a los pocos segundos de comenzar el experimento”, dice la investigadora Maria Elena De Obaldia. Las medias de este participante resultaron ser cuatro veces más atractivas que las de la persona que había quedado en segundo lugar. Además, el sujeto número 33 resultó ser hasta 100 veces más atractivo que el participante al que menos miraban los mosquitos.
Ácidos carbónicos
Para explicar esta gran diferencia, los investigadores se inclinaron por los perfiles de olor de los participantes. Esto nos llevó a un interesante descubrimiento. En concreto, los sujetos más atractivos produjeron muchos más “ácidos carboxílicos” que sus homólogos menos atractivos. Los ácidos carboxílicos son compuestos que se encuentran en el sebo y son utilizados por
bacterias en nuestra piel para producir nuestro olor corporal único. Cuando la producción de estos ácidos carboxílicos es alta, aparentemente crea un olor embriagador al que los mosquitos no pueden resistirse. “Encontramos una relación muy, muy fuerte entre grandes cantidades de estos ácidos grasos en la piel y los mayores imanes de mosquitos”, dijo Vosshall.
Una vez un imán de mosquitos, siempre un imán de mosquitos
Gracias al estudio, por fin sabemos mejor por qué los mosquitos siempre tienen que estar con ciertas personas: simplemente huelen muy bien. Por cierto, los investigadores no saben por qué algunas personas producen más ácidos carboxílicos que otras. Simplemente, cada persona tiene un microbioma cutáneo único. Y eso tampoco cambia de la noche a la mañana. “Algunos sujetos participaron en nuestro estudio durante varios años”, explica De Obaldia. “Descubrimos que los participantes que eran verdaderos imanes para los mosquitos seguían siéndolo. Es un rasgo muy estable”.
Suplemento
Los resultados complementan un estudio recientemente publicado por los mismos investigadores. Por ejemplo, no hace mucho descubrieron que incluso si se eliminan los receptores que el mosquito utiliza para olernos, los mosquitos tienen una forma de detectarnos. Los mosquitos han desarrollado ciertos mecanismos en su sistema olfativo que aseguran que siempre puedan oler nuestros olores. Y eso es muy inteligente. Al fin y al cabo, las hembras de los mosquitos no pueden prescindir de la sangre; la necesitan para vivir y reproducirse. Por eso, cuando se trata de olfatear a los humanos, siempre tiene un plan B, o incluso un plan C.
Solución
En definitiva, con ambos estudios, los investigadores demuestran lo difícil que es acabar con los mosquitos. Un futuro en el que no seamos la comida número uno parece muy lejano. Sin embargo, los investigadores están reflexionando sobre ello. Una posibilidad sería manipular el microbioma de nuestra piel. Puede sonar un poco sucio, pero puede ayudar a lubricar la piel de una persona que atrae muchos mosquitos con el sebo y las bacterias de la piel de una persona con poca atracción. “Aún no lo hemos probado, todavía es especulativo”, señala Vosshall.
Aunque todavía hay que investigar mucho, los investigadores resuelven al menos una cuestión importante. Si has sido el blanco de los mosquitos toda tu vida, al menos ahora sabes por qué.
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