La investigación ha descubierto que ambas especies humanas convivieron durante mucho tiempo en Francia y el norte de España, donde podrían haber intercambiado conocimientos, ideas y ADN.
Los arqueólogos han hecho una estimación más precisa del tiempo que los neandertales y los humanos modernos fueron vecinos en Europa. Se cree que el periodo de tiempo es de 1400 a 2900 años. Durante este tiempo, se encontraron simultáneamente en Francia y en el norte de España. “El estudio aporta nuevos e importantes conocimientos sobre la historia evolutiva de la humanidad, ya que durante mucho tiempo no estaba claro en qué lugar de Europa y cuándo coexistieron estas poblaciones”, señalan los investigadores.
Genes heredados
Según el investigador Igor Djakovic, es importante que ahora conozcamos mejor el tiempo que las dos especies humanas fueron vecinas. “Sabemos, gracias a las pruebas genéticas, que algunos de los primeros humanos modernos de Europa tenían antepasados neandertales recientes”, explica. “Pero en realidad no tenemos ni idea de dónde tuvo lugar esta mezcla. Los resultados, por tanto, nos ayudan a comprender mejor estos datos genéticos”.
Estudio
En el estudio, publicado en la revista Scientific Reports, los arqueólogos examinaron 66 artefactos de neandertales y humanos modernos excavados en 17 yacimientos arqueológicos de Francia y el norte de España. También examinaron los restos de neandertales de la misma región. El material podría entonces examinarse con gran precisión utilizando los nuevos métodos de modelización del radiocarbono.
Se cree que los cuchillos de piedra fueron fabricados por los últimos neandertales en Francia y el norte de España. Imagen: Universidad de Leiden
Línea de tiempo
Utilizando métodos estáticos, los investigadores lograron crear una línea de tiempo precisa que muestra cuándo convivieron los neandertales y los humanos modernos. Los resultados sugieren que los neandertales llegaron por primera vez a la región estudiada hace unos 45 000 años. Luego se extinguieron hace casi 40 000 años. El solapamiento comenzó cuando se estima que los humanos modernos aparecieron en la zona hace unos 42 000 años. Esto significa que las dos especies humanas convivieron en Francia y el norte de España durante unos 1400 a 2900 años.
Según los investigadores, las posibilidades de descubrir y fechar la primera y la última aparición de especies, culturas y tecnologías en los archivos arqueológicos y fósiles son muy reducidas. Por ello, los autores aplicaron un importante método de la ciencia de la conservación biológica: la modelización de estimación lineal óptima. Basándose en la datación conocida de la presencia de estos grupos, estimaron que los neandertales y los humanos modernos vivieron simultáneamente en Francia y el norte de España durante 1400 a 2900 años.
El estudio es un importante complemento de otro anterior, que descubrió que las dos poblaciones se solaparon a escala continental durante más de 5000 años. “Los humanos modernos ya estaban hace 46 000 años en Bulgaria y los neandertales hace 41 000 años en Francia”, afirma Djakovic. “Pero las zonas concretas (es decir, los países contemporáneos) en las que podrían haber vivido cerca unos de otros eran dolorosamente poco claras hasta ahora. Nuestro estudio arroja ahora luz sobre al menos una región, la de Francia y el norte de España”.
Patrones geográficos
Los resultados también sugieren patrones geográficos interesantes. Los datos espaciales y cronológicos sugieren que los grupos de humanos modernos podrían haber llegado primero a la región y haber ocupado las fronteras del sur, mientras que los neandertales residían en las partes del norte de la región. Este patrón geográfico es coherente con la hipótesis de que los humanos modernos llegaron a Francia a lo largo de la costa mediterránea.
Encuentros
Ahora que los investigadores han encontrado pruebas de una gran similitud en el tiempo y el lugar, parece muy plausible que ambas especies humanas entraran en contacto. Además, el hecho de que ambos grupos vivieran en una misma zona durante bastante tiempo sugiere que hubo tiempo más que suficiente para la interacción, y posiblemente incluso para las relaciones sexuales. “Ahora sabemos dónde se conocieron y dónde pueden haber intercambiado conocimientos, ideas y ADN”, dijo Djakovic. “Sabíamos que esto debía ser así en ciertas épocas y puntos concretos. Pero solo ahora estamos empezando a colorear ese cuadro”. La naturaleza y la frecuencia de las interacciones entre los neandertales y los modernos siguen siendo desconcertantes, aunque los hallazgos de material ofrecen pistas. Cada vez hay más pruebas de que algunos de ellos utilizaron técnicas similares. Esto refuerza la idea de que puede haber habido alguna forma de interacción entre estas poblaciones durante este periodo.
¿Amigo o enemigo?
Una pregunta apremiante, por supuesto, es si se llevaron bien. ¿Eran amigos o enemigos? “Creo que se dieron todos los escenarios posibles”, dice Djakovic cuando se le pregunta. “Estamos hablando de una escala de tiempo enorme, suficiente para el amor, la guerra, la amistad y la evasión. Las personas del pasado eran seres humanos, como nosotros. La forma en que interactuaban probablemente difería considerablemente, dependiendo del contexto, el lugar y el tiempo”.
Reescribiendo la historia
Gracias a estudios como este, cada vez tenemos una mejor imagen de un periodo fascinante de la historia de la humanidad. Esto nos obliga incluso a reescribir la historia en algunos aspectos. “Tradicionalmente, se suponía que los neandertales fueron rápidamente “sustituidos” por los humanos modernos que migraron hace unos 40 000 años”, explica Djakovic. “Además, se pensaba que los neandertales no eran capaces de las mismas cosas que los humanos modernos. Desde entonces ha quedado claro que en realidad es difícil distinguir entre las dos especies humanas basándose en los datos arqueológicos. Además, solo ahora estamos empezando a comprender lo simplistas que eran algunas de las ideas. La desaparición de los neandertales de Europa, por ejemplo, llevó mucho más tiempo y fue un proceso mucho más complicado de lo que se pensaba en un principio.”
La investigación continúa. Porque, aunque los arqueólogos tienen ahora un mejor conocimiento de los sitios en los que pudieron tener lugar los encuentros entre neandertales y humanos modernos, todavía queda mucho por descubrir. Nuevas excavaciones y análisis, incluidos los de restos de ADN, arrojarán sin duda nueva luz sobre nuestra historia humana. Y tal vez, con el tiempo, también comprendamos mejor qué fue exactamente lo que marcó el fin del pueblo neandertal.
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