Si duerme menos de cinco horas por noche, tiene muchas más probabilidades de desarrollar al menos dos enfermedades crónicas, como el cáncer, las enfermedades cardíacas o la diabetes.
Dormir bien es muy importante para muchas funciones físicas y cognitivas. Por ello, los expertos recomiendan dormir unas siete horas cada noche. No hacerlo puede tener consecuencias de largo alcance. Los científicos han descubierto anteriormente, por ejemplo, que el sueño insuficiente aumenta la grasa del vientre y que las personas con problemas de sueño tienen más dificultades para hacer frente a las experiencias desagradables. Un nuevo estudio vuelve a subrayar la esencia del sueño. Porque las personas mayores que duermen poco son más propensas a desarrollar una serie de problemas de salud y a morir antes.
En el estudio, los investigadores estudiaron la duración del sueño autodeclarada de 7864 personas mayores de 50 años. Se realizó un seguimiento de los participantes durante un periodo de 25 años. ¿Y qué descubrieron? Tras un análisis exhaustivo, los investigadores descubrieron que dormir poco en la tercera edad podría estar relacionado con la multimorbilidad (la aparición de dos o más enfermedades (a menudo crónicas) en la misma persona).
Aumento de multimorbilidad, causas
La conclusión es que los mayores de 50 años que duermen cinco horas o menos por noche tienen más probabilidades de padecer más de una enfermedad crónica (como enfermedades cardíacas, cáncer o diabetes) que sus compañeros que duermen siete horas por noche. A los 50 años, la privación del sueño aumenta el riesgo de multimorbilidad en un 30 %, a los 60 en un 32 % y a los 70 en un 40 %. Los resultados muestran de forma concluyente la gravedad de los efectos de la falta de sueño en nuestro organismo. “En ese sentido, por cierto, nuestros resultados estaban en línea con nuestras expectativas”, explicó la investigadora Séverine Sabia. “Estudios anteriores ya han relacionado la falta de sueño con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y depresión. Sin embargo, muchas personas mayores padecen múltiples enfermedades crónicas. Hasta ahora, no estaba claro hasta qué punto la duración del sueño está asociada a este riesgo de multimorbilidad”.
Una cuestión apremiante, por supuesto, es qué es exactamente lo que subyace al vínculo descubierto. “Varios mecanismos biológicos podrían explicarlo”, explica Sabia. “Sabemos que el sueño es muy importante para la regulación de diversas funciones corporales. Cuando estas se alteran, puede aumentar el riesgo de padecer diversas enfermedades crónicas. Posteriormente, el riesgo de una segunda enfermedad también aumenta”.
Estos resultados son bastante preocupantes. De hecho, los trastornos del sueño, como el insomnio, son comunes entre las personas mayores. A medida que la gente envejece, sus patrones de sueño cambian. Se despiertan más a menudo, tienen un sueño más ligero y pasan menos tiempo en el sueño profundo. Y eso puede hacer que duerman cada vez menos horas. “En nuestro estudio, alrededor del 8 % de los participantes de 70 años dormían cinco horas o menos”, dijo Sabia.
Las consecuencias de dormir poco llegan entonces lejos. No solo porque aumenta el riesgo de multimorbilidad, sino también porque puede ser mortal. Los investigadores descubrieron que una duración del sueño de cinco horas o menos a la edad de 50 años se asocia con un 25 % más de riesgo de muerte. “Esto está relacionado principalmente con la relación encontrada entre la privación del sueño y múltiples enfermedades crónicas, que a su vez aumentan el riesgo de mortalidad”, explica Sabia.
Buenas noches de sueño
El estudio subraya que no debemos subestimar la importancia de un buen descanso nocturno. “Es muy importante intentar adoptar un estilo de vida y unos hábitos de sueño que favorezcan un buen descanso”, dice Sabia. “Acuéstate a la hora, trata de evitar la luz brillante y evita mirar una pantalla durante media hora antes de acostarte”.
Consejos para dormir mejor
¿Le cuesta dormir lo suficiente? Quizá algunos consejos puedan ayudarte. Hay algunas formas sencillas de mejorar la calidad del sueño. Para ello, es especialmente crucial dar prioridad al sueño. Puede ser tentador, dormir durante períodos más cortos para trabajar, estudiar, socializar o hacer ejercicio en su lugar. Pero realmente es vital hacer del sueño una prioridad también. Por lo tanto, acuéstate todos los días a la misma hora y levántate a la misma hora. Además, intenta entrar en un estado de calma antes de acostarte. Esto puede hacerse, por ejemplo, con música suave, ejercicios corporales ligeros o leyendo algunas páginas más. La meditación o las técnicas de respiración también pueden ayudar a conciliar mejor el sueño. Durante el día, intenta hacer suficiente ejercicio, limita el café y el alcohol (especialmente antes de acostarte) y tampoco comas demasiado tarde por la noche. En cuanto a tu dormitorio, asegúrate de tener un colchón y una almohada cómodos y cortinas oscuras. Establezca una temperatura fresca pero confortable en el dormitorio: unos 18 grados centígrados. Los aromas calmantes (como los de la lavanda) también pueden conducir a un estado de ánimo más tranquilo.
Sin embargo, en algunos casos la solución no es tan sencilla. Pensemos, por ejemplo, en las personas que sufren problemas crónicos de sueño. “Hay varios factores que pueden afectar a la calidad del sueño”, dice Sabia. “Por ello, es importante abordar también la causa del problema del sueño. Por ejemplo, si el problema está relacionado con la ansiedad o la depresión, puede ser útil consultar a un médico para obtener ayuda”.
En definitiva, los investigadores demuestran (una vez más) la importancia de dormir bien. Los que duermen bien y profundamente no solo se levantan más descansados y se sienten más en forma, sino que también están más sanos y viven más tiempo. Razón suficiente para meterse debajo de la lana esta noche temprano. ¡Buenas noches!
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