Nunca antes los científicos habían conseguido perforar tan profundamente una falla en el océano como la de Nankai, cerca de Japón. Contra todo pronóstico, no se encontró ninguna tensión tectónica acumulada.
Durante cientos de millones de años, las siete placas tectónicas principales y varias más pequeñas de nuestro planeta se han ido deslizando unas junto a otras y unas sobre otras a un ritmo agonizantemente lento. Se mueven, como mucho, unos pocos centímetros al año, pero ocasionalmente puede haber una gran explosión alrededor de las líneas de falla. Las inmensas fuerzas se acumulan con el tiempo y pueden causar terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas totalmente destructivas.
En la actualidad, todavía estamos en la oscuridad sobre este proceso, mientras que es vital entender más sobre la acumulación de esta tensión tectónica para poder predecir mejor el próximo desastre natural inevitable. Por ello, científicos de la Universidad de Texas en Austin han perforado más profundamente que nunca en el Océano Pacífico, en una importante falla bajo el fondo marino, para realizar mediciones. Descubrieron que la tensión tectónica en la zona de subducción de Nankai, cerca de Japón, donde una placa tectónica se desliza violentamente bajo otra, es menor de lo esperado.
Enigmático
Los hallazgos, publicados en la revista especializada Geology, son desconcertantes, ya que la acumulación de tensión en torno a esta falla activa provoca un gran terremoto casi cada siglo. El último gran terremoto se produjo en 1946 y provocó un tsunami que mató a miles de personas. Se espera otro terremoto de este tipo en algún momento de los próximos 50 años, pero no se ha observado un aumento de la tensión tectónica en la reciente perforación.
"Hemos perforado en el corazón de la zona de subducción, justo encima de la falla. Esperábamos que el sistema aquí almacenara energía en el periodo entre terremotos", afirma el investigador Demian Saffer, del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas (UTIG). "Cambia la forma de pensar sobre la tensión tectónica en estos sistemas".
No hay acumulación de tensión
Aunque las placas de la falla de Nankai no se han movido durante décadas, el estudio muestra que aún no se han encontrado signos importantes de tensión tectónica reprimida en la línea de falla y sus alrededores. Según Saffer, esto no cambia las perspectivas a largo plazo de la falla. Se espera que en los próximos 50 años se produzca otro gran terremoto y un tsunami.
Los científicos esperan comprender mejor la relación entre las fuerzas tectónicas y el ciclo sísmico mediante la investigación del suelo. Con el tiempo, esto debería conducir a una mejor predicción de los terremotos, tanto en Nankai como en otras fallas activas, como la de Cascadia, bajo el norte de California. Esta bomba de relojería es incluso más peligrosa que la falla de San Andrés, cerca de San Francisco, según los sismólogos.
Predicción de terremotos
"Ahora mismo no tenemos forma de saber si el gran golpe de Cascadia (un terremoto y un tsunami con una magnitud de nueve en la escala de Richter) se producirá esta tarde o dentro de doscientos años", afirma Harold Tobin, investigador de la Universidad de Washington y autor principal del trabajo. "Pero tengo cierto optimismo en que, con más y más observaciones directas como esta, podremos empezar a reconocer finalmente cuándo está ocurriendo algo anormal. Así podremos evaluar mejor el riesgo de un terremoto y, si resulta peligroso, podremos avisar a los habitantes de la zona y ayudarles a prepararse".
La esperanza es que en el futuro, midiendo directamente las fuerzas entre las placas tectónicas que se presionan mutuamente, los científicos puedan predecir cuándo está a punto de producirse un gran terremoto. Por desgracia, es más fácil decirlo que hacerlo. Las fallas más grandes y activas se encuentran a kilómetros de profundidad. Esto hace que sea un gran reto perforar a esa profundidad, colocar equipos de medición y medir la acumulación de fuerzas en la falla. La expedición de perforación de Saffer y Tobin es insuperable, pero las perforaciones deben ser más profundas y las mediciones más precisas si los sismólogos quieren realmente empezar a predecir los fenómenos naturales.
Perforación récord
La perforación récord tuvo lugar en 2018 a bordo de un buque de perforación científica japonés, el Chikyu, que perforó más de tres kilómetros de profundidad en la placa tectónica antes de que la perforación se volviera demasiado inestable para continuar. Todavía faltaba un kilómetro y medio para llegar a la falla.
No obstante, los investigadores recogieron una gran cantidad de datos sobre la composición del suelo y las tensiones cerca de la falla. Para ello, midieron el cambio de forma de la perforación debido a la presión del suelo que la rodea. A continuación, bombeaban agua a través de la perforación para ver cuánta fuerza era necesaria para empujar las paredes del agujero hacia fuera. De este modo, se midió la dirección y la fuerza de la tensión horizontal en el interior del fondo oceánico cerca de la línea de falla.
Sorpresa
La acumulación de tensiones horizontales desde el último terremoto de 1946 fue casi nula contra todo pronóstico. Parecía como si toda la energía acumulada se hubiera liberado ya, cuando en realidad unas tres cuartas partes de la tensión deberían haberse acumulado ya. Estos datos fueron muy inesperados y tomaron al equipo por sorpresa.
Los investigadores proponen varias explicaciones: podría ser que la falla simplemente necesitara menos energía acumulada de la que se pensaba para crear un nuevo terremoto y un movimiento tectónico. También podría ser que las tensiones solo puedan medirse más cerca de la línea de falla y que los investigadores no hayan podido perforar el fondo marino a suficiente profundidad. O podría ser que la presión tectónica no se acumule gradualmente, sino que las tensiones se produzcan de forma repentina y violenta en algún momento de los próximos años. En cualquier caso, el equipo indicó que su misión de perforación ha demostrado claramente la necesidad de realizar más investigaciones sismológicas y que merece mucho la pena seguir investigando este tipo de fallas activas.
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