La situación sigue siendo grave. "Seguimos viendo pruebas científicas convincentes de que el cambio climático está teniendo efectos globales y no muestra signos de desaceleración".
Es la respuesta de Rick Spinrad, de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos), a un informe sobre el clima publicado recientemente. El informe ofrece una actualización completa del estado del clima. Y, desgraciadamente, pinta un panorama bastante sombrío. Porque en 2021, el cambio climático continuó sin cesar.
Gases de efecto invernadero
La concentración de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) en la atmósfera volvió a subir a niveles récord en 2021. La concentración media de CO₂ en la atmósfera en 2021, por ejemplo, fue de 414,17 ppm (partes por millón). Esto supone nada menos que 2,3 ppm más que en 2020. No solo se trata de la mayor concentración de CO₂ jamás medida, sino que los investigadores creen que es la más alta en un millón de años. Además, nunca se ha medido tanto metano en la atmósfera como en 2021. El aumento anual del metano se ha acelerado desde 2014. La concentración aumentó el año pasado en 18 ppb (partes por billón); el mayor incremento desde que comenzaron las mediciones. El aumento anual del óxido nitroso ocupa el segundo lugar desde 2001. La concentración atmosférica media mundial es ahora de 334,4 ppb.
Calentamiento
También parece que la Tierra sigue calentándose. Una serie de análisis científicos indican que las temperaturas anuales de la superficie del planeta están entre 0,21 y 0,28 grados centígrados, por encima de la media medida entre 1991 y 2020. Esto hace que 2021 sea uno de los seis años más cálidos desde que comenzaron las mediciones. Los últimos siete años (2015 - 2021) también se encuentran entre los siete años más cálidos jamás registrados.
Océano
Al océano no le va mucho mejor. Por ejemplo, el nivel global del mar nunca ha sido tan alto como ahora. Por décimo año consecutivo, el nivel medio del mar en el mundo aumentó hasta alcanzar un récord. Ahora es casi 10 centímetros más alto que en 1993. Además, la temperatura del océano también subió a niveles récord. La Niña bajó ligeramente la temperatura superficial del mar, aunque sigue siendo 0,29 grados centígrados superior a la media entre 1991 y 2020. Además, cerca del 57 % de la superficie del océano experimentó una ola de calor marina en 2021.
El hemisferio sur
En el hemisferio sur, las temperaturas fueron mixtas en 2021. Nueva Zelanda experimentó el año más cálido de su historia, mientras que Australia experimentó su año más frío desde 2012. En la Antártida, el aire frío de un vórtice polar fuerte y estable contribuyó al invierno más frío (que duró de abril a septiembre) jamás visto en el Polo Sur.
Mientras tanto, en el hemisferio norte
Al mismo tiempo, el Ártico experimentó su año más frío desde 2013, aunque 2021 sigue ocupando el puesto 13 en la lista de años más cálidos jamás medidos. Además, el hielo marino alcanzó aquí el año pasado la duodécima extensión más pequeña en 43 años. La cantidad de hielo multianual (el que sobrevive a una o más temporadas de deshielo) también está disminuyendo a un ritmo alarmante, alcanzando la segunda extensión más baja de la historia. Esto demuestra una vez más que el hielo estacional más fino está ganando la partida. Con el tiempo, los gruesos hielos perennes que siempre descansaban sobre el mar desaparecerán por completo. Además, el hemisferio norte experimentó unas enormes olas de calor, especialmente en verano. En el oeste de América del Norte, el 30 de junio se registró una temperatura de 39,9 grados centígrados en la localidad canadiense de Fort Smith, la más alta jamás registrada por encima de los 60 grados norte. Además, el 14 de agosto de 2021, los residentes de la estación de investigación permanentemente habitada Summit Station, situada en la cima de la capa de hielo de Groenlandia (3200 metros sobre el nivel del mar), se sorprendieron. Por primera vez en la historia, cayó lluvia en lugar de nieve.
Tormentas
Por último, parece que las tormentas fueron especialmente frecuentes en 2021. El año pasado hubo 97 ciclones tropicales, muy por encima de la media de 87 tormentas entre 1991 y 2020. Siete de las 97 tormentas pueden incluso clasificarse como de categoría cinco en la escala Saffir-Simpson; la categoría más alta que puede alcanzar un ciclón tropical en esta escala y que se caracteriza por los daños catastróficos. Además, el huracán Ida en el Atlántico y el supertifón Rai en Filipinas, entre otros, causaron daños por valor de miles de millones de dólares y víctimas mortales.
El nuevo informe sobre el estado del clima ofrece los últimos conocimientos científicos sobre el sistema climático y su impacto en las personas. Y los datos son claros: el cambio climático sigue produciéndose. "Con muchas comunidades afectadas por inundaciones, sequías excepcionales y calores históricos en el último año, el informe demuestra que la crisis climática no es una amenaza futura", subraya Spinrad. "Debemos abordarlo hoy, mientras trabajamos para construir una nación y un mundo resistentes al clima".
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