La lluvia, el zumbido del aire acondicionado o el rugido de un motor: se dice que el llamado ruido blanco mejora la concentración y, por tanto, el rendimiento. Y hasta el sueño se beneficia de ello, si las numerosas aplicaciones y vídeos de YouTube son creíbles. La ciencia tiene sus dudas.
En el pasado, la gente pensaba que la música clásica tenía un efecto similar. En efecto, hay estudios que demuestran que escuchar música clásica o ruido blanco mejora el rendimiento cognitivo, pero no son del todo concluyentes. Por ello, neurocientíficos de la Universidad de Monash (Australia) decidieron realizar un nuevo experimento. En concreto, analizaron el posible efecto positivo que la música clásica y el ruido blanco pueden tener en la capacidad de las personas para procesar información contradictoria. Su conclusión: no sirve de nada.
Ruido blanco
El ruido blanco es un ruido de fondo monótono en el que la amplitud media es la misma para cada frecuencia. Hay ejemplos de la naturaleza, como las olas del mar, la lluvia o el viento que sopla entre los árboles, pero muchos aparatos también producen ruido blanco, como un ventilador, una aspiradora o el motor de un coche. Hoy en día se utiliza para calmar a los bebés que lloran, para ayudar a dormir mejor o para ayudar a la concentración. Pero anteriormente también puede haberse utilizado como dispositivo de tortura para mantener dormidos a los prisioneros en Irak o para interrogarlos.
Para comprobar el efecto, los investigadores hicieron que 67 estudiantes realizaran el famoso test de Stroop (ideado por el estudiante John Ridley Stroop ya en 1935), en el que tienen que indicar de qué color es una palabra, mientras el texto les sugiere un color diferente. Por ejemplo, se escribe la palabra "verde", pero la palabra verde se colorea de azul, y así sucesivamente. Se necesita mucha concentración para seguir mencionando el color correcto. Los participantes en el estudio tenían que hacer la prueba con música clásica o ruido blanco de fondo, o en silencio. Para confirmarlo, los estudiantes también tuvieron que hacer otra prueba cognitiva con tarjetas, el WCST. Esto pone a prueba el razonamiento abstracto y la flexibilidad cognitiva, pero también, por ejemplo, la memoria de trabajo. Siempre había tres días entre las pruebas con música clásica, ruido blanco o silencio.
Menor rendimiento
"Descubrimos que el ruido blanco alargaba el tiempo de reacción en las pruebas, lo que empeoraba el rendimiento. La música clásica no tuvo ese efecto", afirman el investigador Alexander Pascoe y sus colegas en el artículo publicado en Frontiers in Neuroscience.
"Los resultados del WCST coincidieron con los del test Stroop. Ambos estímulos auditivos se reprodujeron a la misma intensidad, por lo que sus efectos separados pueden ser el resultado de diferentes respuestas emocionales en cada participante. En este sentido, el ruido blanco sí y la música no provocó una respuesta negativa".
La principal conclusión de los investigadores es que ni la música clásica ni el ruido blanco provocaron una mejora del rendimiento cognitivo, al menos cuando se trata de procesar estímulos conflictivos, como en ambas pruebas. El ruido blanco parecía incluso tener un efecto negativo. El ruido de fondo dificultó la correcta realización de las pruebas por parte de los alumnos participantes.
Es mejor sin un ruido de fondo
"En combinación con la literatura anterior, nuestros hallazgos indican que la música clásica no tiene ningún efecto sobre las funciones cognitivas en el área de procesamiento de conflictos, mientras que el ruido blanco incluso perturba estas funciones de la misma manera que otros factores de estrés. Por lo tanto, es necesario seguir investigando antes de implementar el ruido blanco en la atención neuropsiquiátrica", escriben los investigadores. El trabajo de los científicos aporta una valiosa información sobre los efectos de la música y el ruido blanco en una función cognitiva concreta. La investigación de seguimiento debería centrarse en el impacto de estos sonidos en otros procesos cognitivos.
Pero de momento, no hay que esperar milagros de las muchas aplicaciones y vídeos llenos de ruido blanco, que prometen ayudar a dormir, rendir o relajarse mejor.
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