Esto significa que las temperaturas más altas y las condiciones más húmedas no dejarán de afectar al abejorro.
Hace años que sabemos que las abejas y los abejorros de todo el mundo están en graves problemas. Las principales causas son la reducción de los hábitats y el uso de pesticidas. Pero, ¿cómo responde realmente el abejorro al cambio climático actual? La respuesta se encuentra en su espalda, según un nuevo estudio.
Alas
Los investigadores decidieron estudiar la forma del cuerpo de varios abejorros que vivieron en los últimos 100 años. El equipo se centró en particular en las alas. Una gran asimetría (lo que significa que el ala derecha y la izquierda tienen una forma muy diferente) indica que los abejorros sufrieron mucho estrés durante su desarrollo. Esto puede deberse a un factor externo que influye en su crecimiento normal.
Estrés
El equipo examinó cuatro especies diferentes de abejorros británicos. Descubrieron que, a medida que avanzaba el siglo, las alas del abejorro se volvían cada vez más irregulares, lo que indicaba que estaba cada vez más estresado. Cada una de las especies de abejorros también parece experimentar estrés, sobre todo en la segunda mitad del siglo.
Cambio climático
¿Por qué los abejorros están cada vez más estresados? Según los investigadores, esto está estrechamente relacionado con el cambio climático. Cuando observaron la temperatura media anual y las precipitaciones, el equipo descubrió que principalmente los abejorros que vivían durante los años más cálidos y húmedos tenían las alas asimétricas. Así que parece que, además de los retos a los que ya se enfrentan las abejas y los abejorros, el aumento de las temperaturas y las condiciones de humedad también pueden estar afectándoles.
El estudio no solo revela lo que ha provocado un estrés considerable entre los abejorros en el pasado, sino que también nos permite vislumbrar el futuro. Espoleados por el cambio climático, las condiciones más cálidas y húmedas serán cada vez más frecuentes. "Esto provocará más abejorros estresados", concluye el investigador Richard Gill. "Por tanto, es probable que los abejorros se enfrenten a una época aún más difícil en el siglo XXI".
Genoma
Pero los investigadores no se limitaron a colocar una regla a lo largo de las alas de los abejorros. En un segundo estudio paralelo, el equipo secuenció con éxito los genomas de más de un centenar de abejorros, que tienen más de 130 años. Por primera vez, los investigadores han aplicado a una población de insectos determinadas técnicas de ADN, utilizadas habitualmente para estudiar a los mamuts lanudos y a los humanoides antiguos. El equipo quiere ahora usar estos datos para estudiar cómo ha cambiado el genoma del abejorro a lo largo del tiempo. De este modo, esperan comprender mejor cómo se han adaptado (o no) poblaciones enteras a las nuevas condiciones.
En última instancia, los investigadores quieren determinar hasta qué punto el estrés reportado puede conducir a la pérdida de diversidad genética. Además, los resultados también ayudan a predecir cuándo y dónde los abejorros experimentarán el mayor estrés en el futuro y dónde veremos el mayor declive. Esto se debe a que ahora tenemos una mejor idea de los factores que han sometido a las poblaciones de abejorros a un grave estrés en el pasado. "Nuestro objetivo era comprender mejor la respuesta a factores ambientales específicos", afirma el investigador Andrés Arce. "Ahora queremos aprender del pasado para hacer predicciones sobre el futuro. Así podremos centrarnos mejor en los esfuerzos efectivos de conservación".
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