El clima puede afectar profundamente al estado físico y mental de las personas. El efecto difiere según las temperaturas, la ropa que se lleva en diferentes condiciones climáticas y la duración de la exposición a estas condiciones. Entonces, ¿cómo afecta el clima a ciertos tipos de enfermedades, como las sanguíneas?
El efecto del clima frío en la hipertensión arterial
La hipertensión arterial es una de las enfermedades más comunes en todo el mundo; es una enfermedad cardiovascular que se ve afectada por los cambios de temperatura. Un estudio que abarcó a más de 40 000 personas demostró que la presión arterial tiende a ser más estable en verano que en invierno.
Se cree que una de las razones son los cambios en el perímetro de los vasos sanguíneos (que se encogen) relacionados con el frío. Además, podría haber una relación entre el clima frío y la limitada exposición al sol, lo que podría provocar una deficiencia de vitamina D y, en consecuencia, aumentar el riesgo de enfermedad.
El efecto del clima cálido en la diabetes
Los diabéticos son más susceptibles a las altas temperaturas y a los niveles de humedad, y podrían tener dificultades para mantener el azúcar en sangre bajo control. Por ello, los diabéticos corren un mayor riesgo de deshidratación. Algunos síntomas empeoran con el calor, como la fatiga, los mareos, la aceleración de los latidos del corazón, la presión arterial baja y, a veces, la sudoración excesiva. La deshidratación, junto con estos síntomas, puede elevar los niveles de glucosa en sangre y acabar aumentando la micción, lo que empeora las cosas.
La humedad también afecta negativamente a los diabéticos porque el sudor no se evapora como lo haría en un clima seco, lo que desencadena el estrés y dificulta el control de los niveles de azúcar en sangre. Como resultado, el paciente es más susceptible de sufrir un golpe de calor, así como de dañar los nervios y los vasos sanguíneos. Los niveles de azúcar en la sangre y los síntomas pertinentes deben vigilarse estrechamente a altas temperaturas para tomar las medidas necesarias y prevenir los peligros.
El efecto del frío en la enfermedad por aglutininas frias (EAF)
Una de cada 300 000 personas sufre la EAF, un subtipo de anemia hemolítica. La EAF es una enfermedad autoinmune, en la que el sistema inmunitario ataca y daña los glóbulos rojos a bajas temperaturas.
La exposición de los pacientes con EAF a temperaturas bajas, de entre 0 y 10 °C, hace que algunas proteínas inmunitarias, que atacan naturalmente a las bacterias, se adhieran a los glóbulos rojos. Esto hace que estas células se agrupen y acaben muriendo, provocando una anemia grave.
El efecto del frío en la congelación
La congelación se produce debido a la inflamación de los pequeños vasos sanguíneos de la piel tras la exposición a temperaturas bajas. La exposición a una temperatura de -26 °C o menos durante 30 minutos es suficiente para que se produzca la congelación. Esta enfermedad provoca la congelación de los tejidos de la piel. Los síntomas incluyen el cambio de color de la zona afectada a blanco o gris amarillento, pérdida de sensibilidad o sensación de dureza, picor, enrojecimiento, hinchazón de los capilares, aparición de las estructuras sanguíneas (pequeñas agrupaciones de vasos sanguíneos) y ampollas.
Normalmente, la congelación afecta a los dedos, los pies o las zonas expuestas de la cara, como las orejas, las mejillas, la nariz o la barbilla. Puede causar daños graves que pueden requerir (en los peores casos) la amputación de la parte afectada. Se recomienda ponerse ropa de abrigo adecuada en caso de temperaturas frías para evitar las congelaciones, especialmente en el caso de las personas que tienen problemas de circulación sanguínea.
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