Los cuidadores informales suelen pasarlo mal y no siempre reciben el reconocimiento que merecen. Y, sin embargo, son cruciales para la recuperación y el pronóstico de sus seres queridos enfermos, según una amplia revisión.
La situación del hogar del paciente es incluso decisiva para su recuperación tras la hospitalización. Los adultos con enfermedades crónicas que son atendidos con cariño y dedicación tras el alta hospitalaria tienen menos probabilidades de tener que volver a ingresar. Por lo tanto, el cuidador informal desempeña un papel importante en la mejora del pronóstico de un enfermo.
Mano amiga
La investigadora Kristin Levoy, del Instituto Regenstrief de Indianápolis (EE. UU.), y su equipo realizaron un metaanálisis de 54 estudios en los que participaron más de 31 000 sujetos. El estudio, publicado en la revista Medical Care de la Asociación Americana de Salud Pública, muestra claramente que los cuidadores informales son cruciales en la transición de una situación a otra, por ejemplo, del hospital al hogar o del hogar a la residencia de ancianos. Por lo tanto, es muy útil consultar activamente con el cuidador privado tras el alta hospitalaria y ofrecerle una ayuda si es necesario.
Los investigadores tienen en mente no solo consejos y asesoramiento sobre cómo afrontar la enfermedad y administrar la medicación a la persona en cuestión. También es importante explicar de antemano cuáles son los signos que requieren la asistencia del hospital. Con las videollamadas a través del ordenador sobre la situación en el hogar, los cuidadores informales pueden recibir apoyo del hospital y hacer preguntas sobre la coordinación de los cuidados.
A menudo se olvida
"En mi propia consulta médica, he experimentado varias veces que los cuidadores informales acudían a mí para hablar de su situación. Vinieron con preguntas sobre la crisis de salud de su ser querido y sintieron que no estaban totalmente preparados para todo lo que implica el cuidado informal", dice Levoy.
"Estos cariñosos cuidadores se sentían abrumados por el tiempo y la energía que se necesitan para cuidar adecuadamente a su ser querido. A veces, no sabían cómo manejar la situación y temían no ser capaces de afrontar las difíciles decisiones a las que se enfrentaban de repente", explica la profesora asociada de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Indiana. Sin embargo, los cuidadores familiares son cruciales para el pronóstico de los enfermos crónicos. "Tenemos que apoyar y educar mucho más a estas personas. A menudo se les pasa por alto, pero son un eslabón enormemente importante del plan de salud", dice Levoy.
Personalización individual
No siempre se sienten así, al contrario. "A menudo se sienten olvidados, especialmente en caso de una crisis sanitaria aguda, como un ingreso hospitalario. Nuestro trabajo es darles todas las herramientas que necesitan para tener éxito. Se trata de un trabajo individualizado. Esta tarea solo adquiere mayor importancia cuando la enfermedad crónica se encuentra en una fase avanzada y la enfermedad y el tratamiento del paciente se vuelven más complejos."
Cuanto más mayores sean los pacientes, más a menudo se producirán situaciones agudas. La probabilidad de que sea necesario otro ingreso hospitalario, o un ingreso en una residencia de ancianos, con atención domiciliaria intermitente, es alta. Por término medio, se producen entre dos y cinco transiciones de este tipo al año en la vida de un enfermo crónico de edad avanzada. Para gestionar esto, tanto para la persona enferma como para el cuidador informal, es necesaria una cooperación más intensa entre los cuidadores profesionales y los informales, afirma Levoy. "Debemos esforzarnos para que los cuidadores en casa sientan que no están solos en todo momento, ofreciéndoles un oído atento. También hay que dedicar tiempo a la consulta para responder a las cuestiones más técnicas. De este modo, se reduce drásticamente la posibilidad de un ingreso hospitalario posterior".
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