Planeamos vuelos humanos a Marte, observamos los confines del universo y, sin embargo, sabemos tan poco sobre lo que ocurre en la profundidad de la tierra que está bajo nuestros pies. Las brechas en nuestro conocimiento pueden ser cerradas, al menos parcialmente, por un nuevo descubrimiento.
El interior de la Tierra está siendo sacudido por una actividad de la que solo tenemos una tenue comprensión. Nuestros conocimientos sugieren que hay una presión abrumadora "ahí abajo" y que, a temperaturas extremadamente altas, una mezcla calentada de moléculas de hidrógeno líquido, oxígeno y carbono reacciona con el hierro fundido.
Una nueva información sobre el interior de la Tierra es el descubrimiento de un tipo de onda magnética no descrita anteriormente que pasa por la superficie del núcleo de nuestro planeta cada siete años. Todo ello escondido bajo la superficie.
"La existencia de esta onda ha sido predicha desde hace tiempo por nuestras teorías. Las mediciones del campo magnético realizadas con instrumentos en la superficie de la Tierra también han sugerido algún tipo de ondulación. Pero necesitábamos la cobertura global que ofrecen las mediciones desde el espacio para revelar lo que realmente está oscilando ahí abajo", afirma la revista científica Live Science citando al geofísico Nicolas Gillet, de la Universidad de los Alpes en Grenoble (Francia).
Gillet dirigió el estudio, publicado en el sitio web Proceedings of the National Academy of Sciences, que describe las ondas.
Su descubrimiento se debe a los satélites SWARM. Estas tres sondas pertenecientes a la Agencia Espacial Europea ESA, que están en órbita desde 2013, miden las señales de la magnetosfera, la ionosfera, los océanos, la corteza terrestre y también del núcleo de la Tierra. Fue en sus datos donde Gillet y su equipo encontraron nuevas y fascinantes ondas.
Una visualización de las ondas recién descubiertas en el límite entre el núcleo y el manto. Las ondas más fuertes se encuentran alrededor del ecuador.
"Hemos combinado las mediciones del satélite SWARM, así como los datos del satélite alemán Champ y del satélite danés Ørsted, con un modelo informático del geodinamo que genera la fuerza magnética de la Tierra. Y eso nos llevó a nuestro descubrimiento", dice Nicolas Gillet en Live Science.
El escudo invisible
Conocer la actividad en el interior de nuestro planeta es especialmente importante porque de ahí procede el campo magnético. Se crea mediante un fluido giratorio, fluido y conductor de la electricidad que convierte la energía cinética en energía magnética. Y eso hace girar el campo magnético hacia el espacio que rodea al planeta.
Es un campo gigantesco. Se extiende hasta 100 000 kilómetros de distancia de la Tierra. Está comprimido por el viento solar en el lado que mira al sol, y alargado en el lado que mira hacia fuera.
El campo magnético de la Tierra, que nos protege de la radiación cósmica y de las partículas cargadas que bombardean la Tierra en el viento solar.
El escudo magnético de la Tierra es de interés para los científicos. Su estructura invisible forma una burbuja protectora alrededor del planeta, manteniendo alejados los rayos solares y cósmicos que matan la vida.
El campo magnético no es estático. Fluctúa en fuerza, tamaño y forma, tiene características que no entendemos y se debilita con el tiempo. En el citado estudio, los científicos escriben que el nuevo descubrimiento podría explicar cómo se forma realmente el campo magnético y proporcionar pistas para cartografiar la historia térmica de nuestro planeta, cuyo interior se está enfriando gradualmente.
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