El sorprendente fenómeno del cielo matutino tiene una explicación sorprendentemente sencilla.
Una cámara situada en la zona de Waycross, en el estado norteamericano de Georgia, captó un misterioso objeto que dejaba tras de sí un aura blanquecina alargada en el cielo. Chris Combs, profesor de aerodinámica e ingeniería mecánica de la Universidad de Texas en San Antonio, lo llamó medusa espacial.
El vídeo muestra que era fascinante.
Los afortunados que aterrizaron pudieron observar la escena en la madrugada del jueves 5 de mayo.
Decepción para los ufólogos
Por supuesto, no se trataba de un OVNI, sino de un cohete SpaceX Falcon 9 lanzado desde el Centro Espacial Kennedy de Florida, a unos 400 kilómetros al sur de la cámara que lo captó como un invertebrado bioluminiscente. Llevaba a órbita otros satélites de la constelación de satélites Starlink.
Pero, ¿qué ocurrió realmente en el cielo? Combs lo explica todo con una combinación de física y sincronización perfecta.
"El cuerpo largo y bulboso de la medusa que se ve en el vídeo es el escape que sale de la boquilla del motor del cohete", escribe Combs.
La razón por la que la medusa tiene una forma bulbosa tiene que ver con la diferencia de presión dentro y fuera de las boquillas. El gas que sale de la boquilla está "subexpandido", es decir, tiene una presión más alta que el aire circundante. Para adaptarse a la presión ambiente de la atmósfera, reduce su presión expandiéndose al salir de la boquilla.
¿Pero qué pasa con el brillo?
La explicación del resplandor es el tiempo. Como el cohete despegó antes del amanecer (alrededor de las 5:45 a.m. hora local), los rayos del sol se elevaron justo por encima del horizonte e iluminaron el escape desde abajo. Esto hizo que brillaran con fuerza contra el cielo oscuro.
La revista Live Science responde al tuit de Combs con un recordatorio de otra medusa espacial. Está formado por el cúmulo de galaxias Abell 2877, que tiene más de un millón de años luz de diámetro.
Este impresionante espectro flota en el espacio a una distancia de 300 millones de años luz de la Tierra, resultado de una gran explosión de gas, una erupción de un cúmulo de agujeros negros.
A diferencia de las medusas capturadas sobre Georgia, Abell 2877 es invisible a los ojos humanos. Los astrónomos lo han observado utilizando un conjunto de más de 4000 antenas Murchison Widefield Array desplegadas en la selva de Australia Occidental.
Sin comentarios