Para satisfacer el elevado consumo de carne de la población humana, en muchos lugares se talan los bosques para convertirlos en tierras de cultivo y pastos. Sin embargo, si una quinta parte del consumo humano de carne per cápita se sustituyera por alternativas cárnicas elaboradas a partir de proteínas microbianas, se podría reducir la deforestación mundial a la mitad, como demuestra un estudio.
Ya se trate de ganado vacuno, porcino, ovino o caprino, la cría de animales requiere grandes extensiones de pastos, así como muchas tierras de labranza para el cultivo de forraje, como el maíz o la soja. La tala de bosques para la expansión de las tierras de cultivo intensifica aún más el efecto perjudicial para el clima de la ganadería. Ello se debe a que, además de los gases de efecto invernadero producidos por los animales, los árboles no sirven de sumidero de carbono. "La producción y el consumo de alimentos suponen un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, siendo la producción de carne de vacuno la mayor fuente", afirma Florian Humpenöder, del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (PIK).
Un pequeño sacrificio con un gran efecto
Desde hace mucho tiempo, los investigadores del clima piden a los ciudadanos que reduzcan su consumo de carne, o que se pasen a alternativas que no impliquen la cría de animales. Por ello, Humpenröder y sus colegas han estudiado el impacto medioambiental de una alternativa cárnica que ya se desarrolló en los años 80 y que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos clasificó como segura en 2002: la proteína microbiana. Esta biomasa rica en nutrientes y proteínas es producida por cultivos de hongos mediante fermentación y ya está disponible en los supermercados del Reino Unido y Suiza, por ejemplo.
Pero, ¿cómo afectaría a todo el sistema agrícola y alimentario que las proteínas microbianas formaran parte de nuestra dieta? El equipo de investigación lo ha probado ahora en una simulación por ordenador. Los escenarios futuros de los investigadores se extienden hasta el año 2050 y tienen en cuenta el futuro crecimiento de la población, la demanda de alimentos, los hábitos dietéticos y la dinámica del uso del suelo y la agricultura. Los resultados ilustran el impacto que puede tener en el conjunto la falta de alimentos por parte de los individuos.
Los microbios solo necesitan azúcar
Según los investigadores, la deforestación anual y las emisiones de CO₂ se reducirían a la mitad si el 20 % del consumo de carne de vacuno se sustituyera por proteínas producidas biotecnológicamente de aquí a 2050. "Menos ganado significa menos demanda de forraje y pastos y, por tanto, menos deforestación", dice Humpenöder. Pero también pueden ahorrarse así las emisiones de metano del rumen del ganado y las de óxido nitroso procedentes de la fertilización de los piensos o de la gestión del estiércol. "Sustituir la carne picada por proteína microbiana sería, en consecuencia, un buen comienzo para reducir el daño medioambiental de la producción actual de carne de vacuno", informa Humpenöder.
Pero, ¿qué es exactamente lo que hace que la producción de proteínas microbianas sea mucho más respetuosa con el medio ambiente? Mientras que la ganadería y también los sustitutos de la carne elaborados con proteína de soja dependen de la industria agrícola, la proteína producida por los hongos puede desvincularse en gran medida de la producción agrícola. "Nuestros resultados muestran que la producción de proteína microbiana requiere mucha menos superficie agrícola que la misma cantidad de proteína procedente de la carne, incluso si se incluye el cultivo del azúcar que necesitan los microbios", explica la coautora Isabelle Weindl, del PIK. Esto se debe a que las células fúngicas crecen en biorreactores calentados y solo necesitan azúcar como material de partida. Además, no se trata de prescindir de él: La "micoproteína" cosechada es de muy alta calidad, ya que no tiene nada que envidiar a la proteína animal en cuanto a contenido de aminoácidos, digestibilidad y consistencia, explican Humpenöder y su equipo.
¿Pronto se independizará de la agricultura?
Incluso se está investigando la posibilidad de contar con proteínas microbianas producidas por bacterias que no utilicen azúcar, sino metano o CO₂ como fuente de energía; en el futuro, estas podrían representar una fuente de proteínas para el ser humano totalmente independiente de la agricultura. Sin embargo, con o sin azúcar, el cambio de los animales a los tanques de fermentación también plantea la cuestión del suministro de energía para el proceso de producción: "Un cambio a gran escala a los alimentos biotecnológicos debe ir de la mano de la generación de energía respetuosa con el clima. Solo entonces el potencial de protección del clima puede surtir pleno efecto", explica el autor principal, Alexander Popp, del PIK. "Pero si lo hacemos bien, la proteína microbiana también puede ayudar a los amantes de la carne a hacer el cambio. Incluso los pequeños bocados pueden marcar una gran diferencia".
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