Una de las preguntas más antiguas de la paleontología tiene por fin respuesta.
Durante décadas, los científicos han debatido una cuestión acuciante: ¿los dinosaurios eran de sangre caliente, como las aves, o de sangre fría, como los reptiles? Como los dinosaurios estaban relacionados con ambos, los paleontólogos no podían dejar de debatir la cuestión. Un nuevo estudio parece poner fin a este antiguo misterio. Los investigadores revelan pruebas convincentes de que el terrorífico T. rex, entre otros, era más parecido a nosotros de lo que se pensaba.
¿Qué significa sangre caliente y sangre fría?
Los animales con un metabolismo elevado son de sangre caliente. Los animales de sangre caliente (como las aves y los mamíferos) toman mucho oxígeno y necesitan quemar muchas calorías para mantener su temperatura corporal. Los animales de sangre fría, como los reptiles, respiran y comen menos. Su estilo de vida es energéticamente "más barato" que el de un animal de sangre caliente, pero tiene un precio: los animales de sangre fría dependen de la temperatura de su entorno para su temperatura corporal. Por ejemplo, cuando una lagartija quiere aumentar su temperatura corporal, se sienta al sol para calentarse. Los animales de sangre fría suelen ser menos activos que los de sangre caliente.
Según los investigadores, es muy importante averiguar si los dinosaurios eran de sangre caliente o fría y, por tanto, la rapidez con la que su metabolismo podía convertir el oxígeno en energía. Esto también proporcionará más información sobre la actividad de estos animales y cómo era su vida cotidiana. Sin embargo, desvelar este misterio no ha sido tan fácil. Los métodos existentes para determinar la sangre caliente o fría de los animales extinguidos hace tiempo no eran concluyentes. Pero en un nuevo estudio, los investigadores han adoptado un enfoque diferente.
Nuevo método
Para estudiar el metabolismo de los dinosaurios, el equipo de investigación no se fijó (como en estudios anteriores) en los minerales presentes en los huesos o en la velocidad de crecimiento de un dinosaurio, sino en una de las características más fundamentales del metabolismo: el consumo de oxígeno. Cuando los animales respiran, se producen ciertas sustancias que reaccionan con las proteínas, los azúcares y los lípidos, dejando atrás "residuos" moleculares. Estos residuos son extremadamente estables e insolubles en el agua, por lo que se conservan durante la fosilización. Y eso es interesante. Por lo tanto, estos residuos pueden proporcionar información sobre la cantidad de oxígeno que respiraba un dinosaurio. Esto, a su vez, revela secretos sobre su metabolismo.
Investigación
Los investigadores buscaron trozos de residuos moleculares en los huesos del muslo fosilizados y de color oscuro de 55 grupos diferentes de animales, incluidos los dinosaurios, sus primos voladores los pterosaurios, sus parientes marinos aún más lejanos los plesiosaurios y las aves, pero también mamíferos y lagartos contemporáneos. Compararon la cantidad de subproductos moleculares relacionados con la respiración con las tasas metabólicas conocidas de los animales vivos y utilizaron esos datos para deducir las tasas metabólicas de los animales extintos.
Metabolismo
El estudio resuelve el viejo misterio de sí los dinosaurios eran de sangre caliente o fría. De hecho, existen dos grupos principales de dinosaurios, los Saurischia (el grupo de dinosaurios cuya pelvis suele parecerse a la de los reptiles) y los Ornithischia (el grupo de dinosaurios cuya pelvis suele parecerse a la de las aves). Los hallazgos demuestran ahora que los dinosaurios con mandíbulas "reptilianas" (piensen en el Triceratops con cuernos y el Stegosaurus con espinas) tenían un metabolismo bajo, similar al de los animales modernos de sangre fría. Pero los dinosaurios con "pico de pájaro", incluidos los terópodos y los saurópodos (pensemos en los dinosaurios bípedos y depredadores como el Velociraptor y el famoso T. rex, así como los gigantescos cuellos largos como el Brachiosaurus) eran en realidad de sangre caliente. Y eso solo significa una cosa: la mayoría de los dinosaurios eran probablemente, como los humanos, de sangre caliente. "Esto es realmente emocionante", dice la investigadora Jasmina Wiemann. "La cuestión de si los dinosaurios eran de sangre caliente o fría es una de las más antiguas de la paleontología. Y ahora creemos saber que la mayoría de los dinosaurios eran de sangre caliente".
Sorprendentemente, resulta que algunos dinosaurios de sangre caliente también tenían un metabolismo mucho más alto que los mamíferos. Su tasa metabólica era incluso comparable a la de las aves contemporáneas. Y eso hace que las teorías anteriores que apuntaban a esas tendencias tengan una base más firme.
Nuevas ideas
Los resultados proporcionan una visión fundamentalmente nueva de la vida de los dinosaurios, afirman los investigadores. "Los dinosaurios con un metabolismo más bajo habrían dependido en cierta medida de las temperaturas externas", explica Wiemann. "Los lagartos y las tortugas suelen tumbarse al sol. Y quizás debamos considerar una termorregulación "conductual" similar en los dinosaurios pertenecientes al Ornithischia. Además, los dinosaurios de sangre fría probablemente tenían que emigrar a climas más cálidos durante la estación fría. Así que el clima bien puede haber sido un factor selectivo para que algunos de estos dinosaurios pudieran vivir". Por otro lado, los dinosaurios de sangre caliente habrían sido más activos, pero también habrían tenido que comer más. "Los saurópodos gigantes de sangre caliente eran herbívoros y posiblemente se alimentaban de muchas plantas", continúa Wiemann. "Tenían un sistema digestivo muy eficiente. Y como eran tan grandes, probablemente era un problema mayor el enfriamiento que el calentamiento".
El nuevo estudio podría considerarse pionero. "El nuevo método nos permite inferir directamente el metabolismo de los organismos extintos, algo que soñábamos hace solo unos años", afirma el investigador Matteo Fabbri. También proporciona otra nueva e interesante visión. Algunos científicos han sugerido que, a diferencia de los dinosaurios, las aves sobrevivieron a la desastrosa extinción masiva de hace 65 millones de años gracias a su mayor metabolismo. Pero el nuevo estudio relega esa teoría al terreno de la fantasía. "Muchos dinosaurios con un metabolismo excepcionalmente alto también se extinguieron", dice Wiemann. Y eso también nos permite vislumbrar la extinción masiva a la que nos dirigimos actualmente. Esto demuestra que tener un metabolismo alto no siempre garantiza el éxito.
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