Los astrónomos han visto hasta 65 elementos químicos diferentes en una estrella. Solo en nuestro sol se han identificado (ligeramente) más elementos.
¿Cómo se crean los elementos que componen todo lo que nos rodea? Para los átomos más pesados, nos basamos en acontecimientos violentos en el universo: estrellas de neutrones que colisionan o estrellas masivas que explotan como supernovas. Para entender mejor este proceso, el astrónomo Ian Roederer (Universidad de Michigan) y sus colegas han identificado todos los elementos posibles en la estrella HD 222925.
Entre otras cosas, esta estrella de la constelación del Tucán parece contener una serie de metales que siempre hacen palpitar el corazón de los terrícolas: plata, oro y platino. Pero la estrella también contiene los elementos tungsteno, molibdeno, osmio e iridio, por nombrar solo cuatro.
Código de barras
Así que hemos avanzado mucho desde que Auguste Compte escribió en 1935: "Nunca encontraremos la manera de determinar la composición química de las estrellas". Al hacerlo, este filósofo francés estaba muy equivocado, porque a principios de ese siglo ya se había descubierto un fenómeno que sí podía indicarnos de qué están hechos los cuerpos celestes lejanos: las líneas espectrales.
El físico alemán Joseph von Fraunhofer observó que ciertos colores "faltaban" en la luz solar. Y, como otros descubrieron unas décadas después: esas líneas negras están relacionadas con elementos químicos. Cada elemento parece absorber diferentes colores de luz (o más bien, diferentes longitudes de onda) y, por tanto, delata su presencia dejando una especie de código de barras en la luz del sol, o de una estrella lejana.
Absorción de neutrones
Desde entonces, los astrónomos han aprovechado este fenómeno, incluido Roederer y su equipo. Estudiaron la luz ultravioleta (luz con una longitud de onda más corta que la que pueden ver los ojos humanos) de la estrella HD 222925, recogida con el telescopio espacial Hubble. Y basándose en las líneas espectrales de esa luz, fueron capaces de identificar hasta 65 elementos. "Hasta donde yo sé, se trata de un récord para un objeto fuera de nuestro Sistema Solar", afirma Roederer en un comunicado de prensa.
Los astrónomos estaban especialmente interesados en los elementos más pesados que el zinc. Creemos que se forman a través del llamado proceso de captura rápida de neutrones, o proceso r para abreviar. En este proceso, un elemento relativamente ligero como el hierro absorbe neutrones y se transforma en un elemento más pesado. Y eso debe haber ocurrido también con muchos de los elementos que Roederer y sus colegas encontraron en HD 222925.
Artículo importante
El problema es que la captura de neutrones no se produce en cualquier lugar. Por lo que sabemos, se requiere una colisión entre dos estrellas de neutrones o una explosión de supernova. Por tanto, la idea es que los elementos observados no se formaron en la estrella estudiada, sino en una colisión o explosión anterior. Entonces acabaron en el espacio interestelar. Más tarde se formaron nuevas estrellas a partir de esto, incluyendo la HD 222925, que, en consecuencia, contenía un suministro de elementos pesados desde el principio.
"Los investigadores sugieren que sus mediciones pueden ayudar en futuros estudios teóricos sobre cómo se forman estos elementos", dijo el profesor emérito de Astronomía, John Cowan, de la Universidad de Oklahoma, que no participó en el estudio. "Creo que será un artículo relevante para la astrofísica".
Coincidencia de la máxima puntuación
¿Y puede aumentar aún más el número de elementos observados en esta estrella? En cuanto a los elementos flúor, cloro, argón, bromo, criptón, xenón, cesio y talio, la situación es bastante desesperada, escriben los científicos. No tienen líneas espectrales en la luz visible y ultravioleta que puedan verse bien.
Sin embargo, para el yodo y el mercurio, Roederer y su equipo aún ven posibilidades. Si pudieran detectar estos dos elementos, coincidirían con la puntuación máxima de nuestro propio sol: 67 elementos. Y no, esto no es lo que buscan estos astrónomos. Pero seguiría siendo una hazaña impresionante, para una estrella que está a casi 1500 años luz y que ni siquiera puede verse a simple vista.
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