El 27 de marzo de 1977, dos aviones de pasajeros pertenecientes a la compañía aérea holandesa KLM y a la estadounidense Pan American World Airways (Pan Am) colisionaron en la isla española de Tenerife. En el accidente murieron 583 personas y solo sobrevivieron 61 ocupantes. Nunca en la historia ha habido más víctimas en un accidente aéreo que no fuera un atentado terrorista.
La causa de la mayor catástrofe aérea de la historia
El mismo día del accidente aéreo se produjo un atentado en el aeropuerto de la cercana isla de Gran Canaria. Hubo informes de que había una segunda bomba. Debido a esta amenaza, muchos vuelos entrantes fueron desviados al aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife. A mediodía, la amenaza de bomba de la segunda bomba resultó ser falsa y el tráfico aéreo se reanudó. Debido a la gran afluencia de público que se produjo en el aeropuerto de Tenerife por el desvío, la pista también tuvo que ser utilizada como pista de rodaje.
Mala comunicación entre los pilotos y el control del tráfico aéreo
El Boeing 747-206B de KLM estaba listo en la pista para volar de vuelta a Ámsterdam vía Gran Canaria. Mientras tanto, se había formado una espesa niebla que reducía la visibilidad de los pilotos a trescientos metros. El copiloto de la aeronave repitió las instrucciones del control de tráfico aéreo mientras el capitán iniciaba el despegue sin permiso. Entonces, el copiloto informó rápidamente a la torre de control: "Estamos uh, despegando". Pero en el mismo momento, el control de tráfico aéreo recibió el mensaje del Boeing 747-121 de PanAm de que este avión estaba rodando por la misma pista. El PanAm había recibido instrucciones de tomar la tercera salida de la pista para llegar también al punto de despegue. Sin embargo, se perdió esta salida y la Pan Am siguió rodando por la pista en dirección a la KLM. Debido a la niebla, ambos pilotos no podían verse, pero el control del tráfico aéreo tampoco podía verlos. Debido a que ambas aeronaves estaban transmitiendo un mensaje a ATC al mismo tiempo, hubo ruido en el transmisor, por lo que el piloto de KLM no pudo escuchar más instrucciones. Sin embargo, el KLM despegó. El piloto no vio a la PanAm hasta que no pudo interrumpir la aproximación a la pista.
Colisión mortal entre dos jumbos
Los pilotos del avión estadounidense vieron acercarse las luces del avión que despegaba e intentaron en vano desviarse de la pista. El avión de KLM, por su parte, despegó más rápido de lo habitual, lo que hizo que su morro no tocara al otro avión. Sin embargo, los motores y el tren de aterrizaje hicieron un agujero en el flanco del Pan Am. El Boeing de KLM se estrelló en la pista tras caer ciento cincuenta metros. Ambos aviones se incendiaron.
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