Los científicos han detectado una potente erupción solar en nuestra estrella madre con la ayuda del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, una sonda espacial que vigila de cerca nuestra estrella madre. Estas potentes ráfagas de energía pueden afectar a nuestras comunicaciones por radio y a las redes eléctricas, pero también pueden suponer un importante riesgo para la salud de los astronautas. Según los investigadores, la erupción solar es solo el principio. A medida que se acerca el máximo solar, podemos esperar muchos más fenómenos meteorológicos espaciales extremos.
Las llamaradas solares
Una erupción solar es básicamente una explosión en la superficie del sol, causada por la liberación repentina de la energía contenida en los campos magnéticos. La radiación se genera en toda la gama del espectro electromagnético. Las erupciones solares pueden dividirse en tres clases principales. La clase C se refiere a pequeñas erupciones que apenas afectan a la Tierra. La clase M es un poco más severa. Se trata de erupciones moderadas, que pueden causar breves períodos de interferencia de radio alrededor de los polos. Las erupciones solares más violentas pertenecen a la clase X: erupciones que pueden hacer fallar las comunicaciones por radio y las centrales eléctricas en la Tierra. Y la llamarada solar recientemente detectada, entra en la clase X.
Satélites Starlink
No es la primera vez este año que nos enfrentamos a un sol turbulento. El pasado mes de febrero, los satélites Starlink, recién lanzados, sufrieron de repente una inesperada tormenta geomagnética, es decir, una perturbación temporal del campo magnético de la Tierra provocada por las erupciones solares. Así, al menos 40 de los 49 satélites lanzados debían considerarse perdidos.
El ciclo solar
Los acontecimientos demuestran que actualmente nos dirigimos hacia el llamado máximo solar. El calendario de la mayoría de las tormentas solares depende del ciclo solar. Nuestra estrella madre atraviesa un ciclo de aproximadamente 11 años caracterizado por un mínimo solar (período en el que el sol está muy tranquilo y genera pocas manchas y erupciones solares) y un máximo solar, cuando la estrella es mucho más activa. En 2020, entramos en un nuevo ciclo solar: el 25º.
Esta imagen dividida muestra la diferencia entre un sol activo durante el máximo solar (izquierda, captada en abril de 2014) y un sol silencioso durante el mínimo solar (derecha, captada en diciembre de 2019). Imagen: NASA/SDO.
Se espera que el sol sea cada vez más activo en los próximos años, alcanzando un pico alrededor de 2025. Los investigadores predijeron previamente que el 25º ciclo solar (como el 24º) será relativamente tranquilo. En total, solo veremos unas 115 manchas solares. Pero los científicos estadounidenses no están de acuerdo. Se predice que este 25º ciclo solar puede pasar a los libros como el más intenso de la historia. Según ellos, el sol producirá entre 210 y 260 manchas solares durante el próximo ciclo solar; una cifra récord.
Preparación
En cualquier caso, la preparación es crucial en todo momento. "Aunque se trate de un ciclo solar inferior a la media, eso no significa que no haya riesgo de clima espacial extremo", dijo anteriormente el físico solar Doug Biesecker. "El impacto del sol en nuestra vida cotidiana es real". Y por ello, se están tomando precauciones (en la medida en que se puede). "No hay mal tiempo, solo mala preparación", dijo Jake Bleacher, de la NASA. "Siendo el clima espacial lo que es, nuestro trabajo es prepararnos". Entender los ciclos del sol es una parte importante de esa preparación. Además, los científicos llevan un registro detallado de las erupciones solares que se han producido, con el fin de hacer también mejores predicciones sobre el futuro.
Incidente en Canadá por actividad solar
Por ello, la NASA y otras agencias espaciales vigilan constantemente la actividad solar para mejorar las previsiones del tiempo solar. Por cierto, nuestra Tierra está rodeada por un campo magnético que, entre otras cosas, nos protege de los caprichos del sol. En la mayoría de los casos, las partículas ricas en energía emitidas por el sol solo causan impresionantes auroras. Pero las tormentas más potentes pueden causar problemas, como vimos, por ejemplo, en 1989 en la ciudad canadiense de Quebec. En ese momento, el sol dejó fuera de servicio una red eléctrica en Canadá y dejó a unos seis millones de personas sin electricidad durante más de nueve horas.
Además, una mejor predicción de la meteorología espacial es cada vez más importante a medida que las agencias y empresas espaciales lanzan más misiones espaciales tripuladas. Una vez fuera del campo magnético protector de la Tierra, las condiciones meteorológicas espaciales extremas pueden suponer un enorme riesgo para la salud de los astronautas y los aparatos electrónicos que construyen.
¿Sabías qué?
Las misiones Artemis de la NASA podrían verse afectadas por el clima espacial extremo La NASA quiere volver a la Luna. Pero las peligrosas tormentas solares podrían arruinar sus planes a partir de 2024.
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