Sabemos que basto universo es un lugar inmenso y maravilloso, donde ocurren muchos procesos que desafían toda nuestra lógica e imaginación. Uno de estos fenómenos tan increíbles es el nacimiento de una nueva estrella. Aquí, el proceso de la fusión nuclear es la base de todo esto.
Las nebulosas
Las nebulosas están formadas por enormes nubes interestelares de gas y polvo, con unos tamaños de muchos años luz de distancia. Estos puntos del universo son los lugares del nacimiento de nuevas estrellas. Contienen tanto material cósmico como para producir la increíble suma de miles de estrellas del tamaño de nuestro Sol. Este polvo está principalmente formado de dos moléculas principales: helio e hidrógeno. Además de estos elementos, en las nebulosas también se pueden encontrar moléculas más complejas y grandes. A menudo estas moléculas más grandes son restos de estrellas más antiguas que murieron y explotaron en un proceso llamado supernova.
La importancia de la gravedad
En estas regiones tan densas de nubes de gas interestelar la gravedad juega un papel muy importante. Dichas moléculas de gas se acercan entre sí, este proceso las hace perder su energía potencial. Esta pérdida repentina de energía se traduce en un aumento de la temperatura.
A medida que más y más moléculas de gas son atraídas entre sí, la temperatura de estas seguirá aumentando. Con el paso del tiempo, la enorme nube de gas en el espacio se dividirá en nebulosas más pequeñas, cada una de las cuales dará lugar a la formación de una nueva estrella.
La fusión nuclear
En el centro de estas nubes de gas, las partículas de gas son atraídas entre sí más que en las regiones exteriores. Esto hace que toda la enorme nube empiece a girar a una velocidad exponencial. Cuando la temperatura en el centro de la nebulosa alcanza la increíble temperatura de 1.727 °C, las moléculas de hidrógeno empiezan a descomponerse en átomos de hidrógeno. Finalmente, se produce una increíble masa giratoria de gas con una enorme temperatura, cuyo núcleo está en constante colapso. Esta etapa inicial del nacimiento de una estrella también se denomina protoestrella.
Entonces la evolución posterior de la estrella depende de la masa que contenga la protoestrella. Un ejemplo claro es que, las protoestrellas con masas inferiores a la de nuestro Sol nunca podrán alcanzar las temperaturas suficientes como para realizar una fusión nuclear. Estas estrellas pasan a llamarse enanas marrones. Sin embargo, si la masa que contienen es lo suficientemente grande, la temperatura en el núcleo terminará aumentando hasta los increíbles 10 millones de grados centígrados. A esta temperatura tan elevada se produce la llamada fusión nuclear del hidrógeno en helio y deuterio. Estas reacciones de fusión nuclear emiten energía que crea una presión gravitatoria que contrarresta el efecto de la gravedad en la estrella. Como resultado, se produce un equilibrio entre la presión gravitatoria y la fuerza de gravedad, de modo que la estrella está totalmente equilibrada.
Cuando la estrella haya alcanzado este estado de equilibrio, seguirá evolucionando en función de su masa. Por ejemplo, las estrellas pequeñas que fusionan el hidrógeno solo gradualmente evolucionarán mucho más lentamente que las estrellas pesadas.
¿Cuánto tiempo vivirá la estrella?
La vida de una estrella depende de la cantidad de gas que haya en su núcleo. Cuando este suministro de gas se agote, no habrá más combustible para las distintas fusiones nucleares. En consecuencia, el equilibrio entre la presión gravitatoria y la gravedad llega a su fin y la estrella se colapsa.
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