Los planes para utilizar la inteligencia artificial en el sector agrícola son cada vez más concretos. Pero, ¿es prudente?
Imagina un campo de trigo que se extiende hasta el horizonte. El trigo se convertirá en harina, que luego se convertirá en pan para alimentar a la gente de la ciudad. Todo en el campo (la siembra, el abonado, el control y la cosecha) está dirigido por la inteligencia artificial (IA). Piense en los algoritmos que controlan los tractores y cosechadoras autopropulsados, reaccionando a la meteorología y satisfaciendo las necesidades exactas del cultivo. Suena como el futuro. Sin embargo, en la actualidad sigue teniendo importantes inconvenientes. ¿Y si, por ejemplo, un hacker lo estropea todo?
No es ciencia ficción
Este ejemplo ilustrado puede parecer todavía el futuro. Pero, según el investigador Asaf Tzachor, no debemos equivocarnos. "La idea de que las máquinas inteligentes dirijan las explotaciones agrícolas es todo menos ciencia ficción", afirma. "Las grandes empresas ya son pioneras en la próxima generación de "robots agrícolas" autónomos y sistemas que pueden sustituir a los agricultores. Pero hasta ahora, nadie parece preguntarse si existen riesgos asociados al rápido despliegue de la inteligencia artificial".
Implantación de la inteligencia artificial en la agricultura
En la actualidad, ya se utilizan varios "robots agrícolas" y máquinas avanzadas (como drones y sensores) para recopilar información sobre los cultivos y ayudar a los agricultores a tomar decisiones. Por ejemplo, la inteligencia artificial puede ayudar a detectar enfermedades y determinar si hay riego (insuficiente). Las cosechadoras autopropulsadas también pueden recoger la cosecha sin necesidad de que intervenga una persona. Estos sistemas automatizados pretenden hacer más eficiente la agricultura, ahorrar costes de mano de obra, optimizar la producción y minimizar las pérdidas y los desperdicios. Esto hace que los agricultores tengan mayores ingresos, pero al mismo tiempo una mayor dependencia de los ordenadores.
Aunque la inteligencia artificial puede contribuir significativamente a la mejora de la agricultura y la productividad agrícola, no deben pasarse por alto sus posibles peligros, advierten los investigadores. En su estudio, sostienen que el futuro uso de algoritmos en la agricultura plantea importantes riesgos para las explotaciones agrícolas, los agricultores y nuestra seguridad alimentaria. Y estos riesgos son actualmente poco conocidos e infravalorados.
Ciberataque
En el nuevo estudio, los investigadores enumeran los posibles riesgos de la aplicación de la inteligencia artificial en la agricultura, y las formas de abordarlos. Uno de estos peligros potenciales es un ciberataque imprevisto. Los hackers podrían paralizar las explotaciones agrícolas comerciales o inutilizar los pulverizadores, los drones autónomos o las "cosechadoras robotizadas". Para evitarlo, los investigadores sugieren que los hackers éticos ayuden a las empresas a detectar cualquier fallo de seguridad durante la fase de desarrollo, de modo que los sistemas puedan protegerse de los verdaderos hackers malos.
Medio ambiente
Otro riesgo que no debe dejar de mencionarse es el posible impacto medioambiental. Los sistemas KI están programados para ofrecer el mejor rendimiento de los cultivos. Pero si se fijan solo en eso, podrían ignorar el impacto negativo en el medio ambiente. Esto podría llevar a un uso excesivo de fertilizantes y a la erosión del suelo. Además, el empleo excesivo de plaguicidas en la búsqueda de altos rendimientos puede degradar gravemente los ecosistemas y contaminar los cursos de agua. Por ello, los autores recomiendan que se involucre a los ecologistas en el proceso de diseño para garantizar que se evitan estas situaciones.
Deseable
A pesar de los riesgos potenciales, es deseable una mayor implantación de la inteligencia artificial en la agricultura. De hecho, con una cifra estimada de 2.000 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria (entre ellas unos 690 millones de bocas desnutridas y 340 millones de niños con deficiencias nutricionales), las tecnologías de inteligencia artificial y la agricultura de precisión pueden aportar una solución. Especialmente teniendo en cuenta el actual cambio climático y el aumento de la población mundial, las tecnologías y los algoritmos inteligentes pueden resolver los problemas existentes.
Por lo tanto, los investigadores no sostienen que no debamos aplicar la inteligencia artificial en el sector agrícola. Sin embargo, debemos probar las nuevas tecnologías en entornos experimentales para garantizar su seguridad. "La inteligencia artificial está siendo aclamada como la forma de revolucionar la agricultura", afirma el investigador Seán Ó hÉigeartaigh. "A medida que desplegamos esta tecnología a gran escala, tenemos que vigilar de cerca los posibles riesgos y tratar de abordarlos pronto durante la fase de diseño".
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