Cuando hay mucho en juego, la presión puede ser excesiva. También para los monos.
Probablemente, recuerdes una época en la que sentías que el fracaso no era una opción. Su examen final, por ejemplo, o su examen de conducir, o una presentación importante en el trabajo. También los atletas experimentan a menudo la presión del rendimiento, especialmente los que están intentando demostrar su valía en los Juegos Olímpicos de Invierno. A veces la presión puede ser demasiado, y no puedes soportar más la carga que has asumido. Entonces se "colapsa" bajo la presión, por así decirlo. ¿Algo típicamente humano? No, no lo es.
Estudio
En un nuevo estudio, varios monos capuchinos pardos tuvieron que completar un juego de ordenador. Todas las rondas tenían un grado de dificultad medio. La única diferencia era que durante algunas rondas había una mayor recompensa que ganar y que las respuestas incorrectas se castigaban con un tiempo muerto.
Mucho en juego
El equipo hizo un descubrimiento interesante. Pues algunos monos capuchinos resultaron no ser capaces de soportar esta alta presión. Cuando había mucho en juego, algunos parecían sucumbir a la presión. Pero no todos. "Los monos diferían significativamente en cuanto a si rendían peor o mejor durante las rondas cuando la presión era alta", escriben los investigadores en su estudio. Sin embargo, con el tiempo, los monos mejoraron en el juego y supieron manejar mejor la presión.
Únicamente humano
Sin embargo, lo que el estudio demuestra es que "sucumbir a la presión" puede no ser tan exclusivamente humano como se pensaba. "Hay muchas explicaciones diferentes sobre por qué las personas 'sucumben' o simplemente 'prosperan' bajo presión", dice la líder de la investigación, Meg Sosnowski. "Pero todas estas explicaciones se consideran rasgos típicamente humanos. Nuestros nuevos resultados aportan ahora las primeras pruebas de que otras especies también son susceptibles de sufrir la presión."
Cortisol
Los investigadores también descubrieron que un biomarcador natural del estrés llamado cortisol (véase el recuadro) estaba relacionado con el rendimiento de los monos. Cuando experimentaron más estrés (y, por tanto, mayores niveles de cortisol) algunos monos capuchinos fueron menos capaces de completar con éxito rondas en las que la presión era alta. Según los investigadores, esto demuestra que el estado de estrés prolongado de una persona puede estar relacionado con su rendimiento cognitivo.
Sobre el cortisol
El cortisol también se llama la hormona del estrés. Esto se debe a que se libera durante cualquier forma de estrés, tanto físico como psicológico. La hormona se produce en las glándulas suprarrenales en respuesta a un estímulo de miedo o estrés. El cortisol desempeña funciones esenciales en nuestro organismo, como la regulación del metabolismo, el azúcar en la sangre y la presión arterial. También afecta al sistema inmunitario y a las funciones cardiovasculares.
Según Sosnowski, el estudio cambia nuestra perspectiva sobre la presión del rendimiento. "Nuestra respuesta a la presión puede ser en parte el resultado de una respuesta evolutiva general al estrés", sospecha Sosnowski. Los resultados sugieren que cuando se fracasa en una tarea importante bajo presión, puede no deberse solo a factores humanos, sino que tiene su origen en factores evolutivos y biológicos preservados.
El estudio es, por tanto, un preludio de más. "Ahora podemos seguir investigando cómo ha influido la presión en la evolución de la cognición", dice Sosnowski. "Además, nos da más información sobre cómo evitar el fracaso bajo la presión del rendimiento, tanto de los humanos como de otras especies".
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