En una antigua vasija, los investigadores descubrieron los huevos de los gusanos del látigo, lo que indica que en su día contenía excrementos humanos.
La cerámica es uno de los objetos más frecuentes en los yacimientos romanos. También en la isla italiana de Sicilia, los investigadores han encontrado vasijas de cerámica que datan del siglo V en una antigua villa romana. Debido a la falta de otras pruebas, las vasijas se denominaron simplemente "jarras de almacenamiento". Pero ahora parece que lo que los romanos pusieron en las tinajas (con suerte) no permaneció en ellas durante mucho tiempo.
Las bacinicas romanas
En un nuevo estudio, los investigadores examinaron el material costroso que se había acumulado en el interior de una vasija de cerámica encontrada en Sicilia. Utilizando la microscopía, los investigadores encontraron los huevos de los gusanos látigo en los antiguos fragmentos romanos. Esto sugiere que la vasija romana contenía excrementos humanos y, por lo tanto, posiblemente se empleaba como "Bacinica". "Fue increíblemente emocionante encontrar los huevos de estos gusanos parásitos 1.500 años después de que se depositaran en las vasijas", dijo el investigador Tianyi Wang.
La jarra romana estudiada. Imagen: Roger Wilson |
Gusanos del látigo
Los gusanos látigo son parásitos humanos de unos cinco centímetros de largo que viven en el interior de los intestinos de las personas infectadas. Los huevos que ponen están mezclados con heces humanas y probablemente fueron depositados en la olla durante una visita al baño.
Huevo de una oruga encontrada en la olla romana. La barra de escala negra representa 20 micrómetros. Imagen: Sophie Rabinow |
Como la vasija se empleaba probablemente con frecuencia, los minerales de la orina y las heces formaron la capa de costra bastante gruesa del interior de la vasija romana. "Descubrimos que los huevos de los parásitos se enredaban en las capas de minerales que se formaban en el interior de la olla", explica la investigadora Sophie Rabinow. "Como resultado, se conservaron durante siglos".
Villa romana
Dado que la vasija se encontró en un antiguo complejo de baños de la villa romana, los investigadores suponen que quienes visitaban los baños utilizaban la vasija cuando necesitaban ir al baño. "No había retretes en los propios baños", dice el investigador Piers Mitchell. "Está claro que la comodidad era importante para los romanos".
Dimensiones
Los romanos debían ser muy ágiles para hacer sus necesidades directamente en la olla. La maceta examinada tiene menos de 32 centímetros de altura y un diámetro de unos 34 centímetros. Por ello, los investigadores sospechan que la olla probablemente se encontraba debajo de una silla de madera con un agujero. Los excrementos cayeron entonces en la maceta del suelo y directamente debajo de la silla.
Gracias al estudio, cada vez sabemos más sobre los hábitos de aseo de los antiguos romanos. Además, es muy posible que muchas otras vasijas de cerámica del Imperio Romano que se exponen en los museos no representen vasijas de almacenamiento, sino auténticos "retretes portátiles". "Ahora se pueden tomar muestras de estas macetas con nuestra técnica para averiguarlo", dice Mitchell.
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