Con un precio de 393.000 millones de dólares, la solución resulta ser mucho más cara de lo esperado.
Los árboles desempeñan un papel crucial en el control de nuestro clima. Esto se debe a que son capaces de absorber gran parte de nuestro exceso de emisiones de CO₂. Los árboles absorben el CO₂ atmosférico y así mantienen la tierra más fría. Por eso, para frenar el cambio climático, se mira con esperanza la plantación de más árboles. Pero eso nos costará bastante, según un nuevo estudio.
Plantación de árboles
Varios estudios recientes han sugerido que la plantación, gestión y protección de los árboles podría resolver una parte importante del problema climático mundial. Por ejemplo, los científicos propusieron el año pasado que si empezamos a plantar árboles ahora, las concentraciones de CO₂ en la atmósfera podrían descender un 25 %, lo que supondría retroceder el reloj un siglo. Su estudio muestra que nuestro planeta dispone actualmente de 900 millones de hectáreas aptas para la silvicultura. Y si los llenamos de árboles, una vez que maduren, pueden eliminar unos 205.000 millones de toneladas de CO₂ de la atmósfera. Esto supone aproximadamente dos tercios de los 300.000 millones de toneladas de CO₂ que hemos añadido a la atmósfera desde la revolución industrial. Esto puede parecer una buena noticia. Pero, según los investigadores del presente estudio, la mayoría de los estudios no han incluido los costes de un proyecto a tan gran escala.
Costes
En el nuevo estudio, los investigadores decidieron analizar el precio. "Hasta ahora se ha investigado poco sobre el coste de hacer frente al cambio climático mediante la plantación de bosques", explica el director de la investigación, Kemen Austin. "Una mejor comprensión de los costes nos permitirá conocer mejor las políticas más eficientes".
Reducción
En primer lugar, los investigadores calcularon que la plantación y protección de árboles (especialmente en los trópicos) podría reducir las emisiones de CO₂ hasta en seis gigatoneladas al año entre 2025 y 2055. Una reducción de seis gigatoneladas para 2055 supondría aproximadamente el 10 % de la reducción total necesaria para evitar que la Tierra se caliente más de 1,5 o 2 grados centígrados. Esta reducción, según el modelo económico de los investigadores, costaría hasta 393.000 millones de dólares al año durante el mismo periodo. Y eso es mucho más caro de lo que se pensaba. "Hay una cantidad significativa de carbono que puede ser almacenada por los bosques", dice el investigador Brent Sohngen. "Pero hay un coste considerable asociado a ello".
No hay solución
Limitar el calentamiento global tampoco significaría una solución completa al cambio climático. Actualmente, nos dirigimos a un aumento de la temperatura de unos 4 grados centígrados para finales de siglo. Sin embargo, si nos lo proponemos, esto puede mitigarse en cierta medida. En el Acuerdo Climático de París, por ejemplo, los países acordaron hacer todo lo posible para limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados e incluso hacer todo lo posible para que la Tierra no se caliente más de 1,5 grados. Pero incluso con un aumento de la temperatura de dos grados centígrados, las olas de calor extremas, por ejemplo, seguirán estando a la orden del día. Las sequías también asolarán muchos entornos urbanos y las lluvias intensas (incluidas las tormentas tropicales y los huracanes) serán más frecuentes. Por no hablar de los numerosos insectos y otros animales que perecerán incluso con un aumento de la temperatura de "solo" 2 grados centígrados.
Por lo tanto, plantar árboles para salvar el clima costará un buen dinero. Pero los investigadores también proponen una alternativa en su estudio. Descubrieron que proteger los árboles existentes es más barato que plantar otros nuevos. Además, parece que una mejor gestión de los bosques (que también tiene en cuenta cómo y cuándo se talan los árboles) ofrece opciones baratas para almacenar carbono en las regiones donde la gestión de la madera es una actividad económica importante. "Proteger, gestionar y restaurar los bosques será necesario para evitar los peligrosos efectos del cambio climático", sostiene Austin. "Además, tiene valiosos beneficios secundarios, como la conservación de la biodiversidad, la mejora de los productos y servicios que nos proporcionan los ecosistemas y la protección de nuestros medios de vida".
Sin embargo, los investigadores reconocen que una mejor gestión de los bosques mundiales es solo una gota en el océano. Es probable que las fuentes de energía que no dependen de los combustibles fósiles (como la energía solar y la eólica) sean mucho más importantes para frenar el cambio climático. "Un tercio de todos los esfuerzos debería dedicarse a la gestión de los bosques y dos tercios a otras cosas", afirma Sohngen. "Hay que pensar en reducir nuestro uso del carbón, invertir en energía solar y cambiar a la electricidad. Si queremos mantener nuestros costes lo más bajos posible, eso es lo mejor que podemos hacer".
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