Desde la retirada de las tropas internacionales a finales de agosto, los talibanes han matado a decenas de afganos por colaborar con los militares internacionales dirigidos por Estados Unidos. Así consta en un informe del Secretario General de la ONU, António Guterres, al Consejo de Seguridad, al que la agencia de noticias Reuters tuvo acceso el domingo.
La misión de la ONU en Afganistán ha establecido que más de cien personas han sido asesinadas desde el 15 de agosto. El informe también menciona ejecuciones extrajudiciales de al menos 50 personas sospechosas de pertenecer a la rama local del grupo militante Estado Islámico.
Además, la misión de la ONU sigue recibiendo "denuncias creíbles" de asesinatos, desapariciones forzadas y otras conductas indebidas contra antiguos funcionarios, miembros de las fuerzas de seguridad y personas que trabajaban para el ejército internacional dirigido por Estados Unidos, según el informe. Esto ocurrió a pesar de la amnistía general para las personas de esos grupos, que los talibanes declararon a finales de agosto.
Con ello, la ONU confirma las conclusiones anteriores de Human Rights Watch, que informó en diciembre de que más de 100 antiguos miembros del ejército, la policía y los servicios de inteligencia habían sido asesinados o habían desaparecido. En ese momento, los talibanes negaron enérgicamente estas conclusiones.
El jefe de la ONU quiere una nueva unidad para supervisar los derechos humanos
El informe de la ONU también describe el deterioro de las condiciones de vida de los 39 millones de afganos desde que los talibanes tomaron el poder en agosto. "Se está desmantelando un sistema social y económico muy complejo", dijo Guterres.
Guterres aconsejó al Consejo de Seguridad que aprobara una reestructuración de la misión de la ONU para hacer frente a la situación. Dicha reestructuración debería incluir la creación de una nueva unidad de supervisión de los derechos humanos.
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